El secretario general de la OEA se mostró preocupado por el estancamiento del diálogo.
Además, también se mostró preocupado por el aumento del hostigamiento a la Embajada de Brasil.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, manifestó este martes su preocupación por el estancamiento registrado en el diálogo que busca terminar con la crisis política de Honduras.
"En los días recientes se han producido algunos hechos negativos que esperamos sean superados", manifestó Insulza en una declaración, respecto a la constante tensión en las negociaciones.
Añadió que en el diálogo en Tegucigalpa, la comisión que representa al gobiernop de facto presentó una propuesta que incluye un tema no incluido en el Acuerdo de San José, que pretende forzar una legitimación de lo ocurrido el 28 de junio de 2009, cuando el presidente Manuel Zelaya fue expulsado del país y su cargo fue asumido por el presidente de facto, Roberto Micheletti.
"Esta pretensión hace inviable un buen resultado en el diálogo", declaró.
Insulza también señaló su preocupación por el incremento del hostigamiento contra la Embajada del Brasil en Tegucigalpa, donde se encuentra Zelaya, que en los últimos días se ha intensificado, según dijo.
Pese a los problemas, el chileno dijo que reiteraba "su pleno compromiso y sostenido apoyo al proceso de diálogo" y aseguró que ese "es el único camino para alcanzar la paz y la concordia entre los hondureños".
La importancia del diálogo
En su declaración Insulza recordó que el diálogo empezó el 7 de octubre con buenos auspicios y con un espíritu constructivo y que se habían logrado importantes acuerdos en todos los puntos excepto en el referido a la restitución de Zelaya.
"En los primeros días se alcanzó acuerdo en la mayor parte de los temas e incluso la semana pasada se vislumbraba un posible entendimiento alrededor de un texto sobre el tema más controvertido, el retorno del presidente Zelaya, que respetaba las prerrogativas de las instancias constitucionales".
Los avances tuvieron un indudable efecto positivo en la opinión pública hondureña que anhela una solución pronta a los problemas políticos que afectan a ese país, dijo.
Agregó que a ese clima se sumaron otros hechos positivos, entre ellos la derogación del decreto de estado de excepción y la vuelta al aire de medios de comunicación que habían sido restringidos.
