Parlamento argentino finalizó 2010 dividido y sin aprobación del presupuesto
Cristina Fernández deberá a prorrogar la llamada "ley de leyes" de este año.
Acusaciones de presiones políticas enturbiaron el ambiente.
Cristina Fernández deberá a prorrogar la llamada "ley de leyes" de este año.
Acusaciones de presiones políticas enturbiaron el ambiente.
El Parlamento argentino cerró en la madrugada de este viernes su período de sesiones ordinarias sin aprobar el presupuesto de 2011 y tras un año minado por enfrentamientos entre el oficialismo y la oposición y marcado por la escasez de debates, coincidieron analistas consultados por la Agencia EFE.
En el Senado y la Cámara de Diputados, los legisladores concretaron menos de una veintena de sesiones y lograron sacar adelante algunas leyes que impactaron en la sociedad, como el matrimonio homosexual, que dividió a los argentinos y provocó un enconado enfrentamiento entre el Gobierno y la Iglesia.
Pero, los parlamentarios no sancionaron otras leyes claves, como el presupuesto, lo que obligará a la presidenta, Cristina Fernández, a prorrogar la llamada "ley de leyes" de este año.
Los diputados de la oposición fracasaron en su último intento para que el proyecto retorne a comisiones con el fin de consensuar el texto y aseguraron que la prórroga del presupuesto de 2010 permitirá al Gobierno contar con acaudalados recursos "sin control".
A los enfrentamientos por el contenido del proyecto, se sumó en las últimas semanas la polémica por supuestas presiones a legisladores para aprobar la iniciativa gubernamental, que hasta convirtió a la Cámara de Diputados en un "ring", cuando la opositora Graciela Camaño sorprendió con un puñetazo al oficialista Carlos Kunkel.
Algunos legisladores confían en la posibilidad de que el Gobierno llame a sesiones extraordinarias para extender el período legislativo, pero todo indica que la presidenta no está dispuesta a reabrir los debates, coincidieron portavoces parlamentarios.
"Fue un año muy difícil, de acomodamiento para el oficialismo, que se tuvo que acomodar a no avasallar a la oposición. Y la oposición también se tuvo que acomodar a hacer pesar su número para la sanción de leyes. Y en esto, ganó y perdió", evaluó el senador Ernesto Sanz, titular de la opositora Unión Cívica Radical (UCR), segunda fuerza parlamentaria.
El nuevo mapa parlamentario que trajo aparejada la derrota del Gobierno en las elecciones legislativas de 2009 no impidió, sin embargo, que el oficialismo se despidiera esta madrugada victorioso del Senado al lograr frenar tres proyectos claves impulsados desde la oposición.
El oficialismo bloqueó la eliminación de los llamados "superpoderes", que habilitan al Ejecutivo a tomar resoluciones sin la previa consulta del Parlamento, y rechazó las reformas del Consejo de la Magistratura (el organismo que elige a los jueces) y el proyecto que habilita la ratificación parlamentaria de los decretos presidenciales.
"El Congreso es el ámbito en el cual la política está mostrando su crisis en forma más acabada y el clima de confrontación imperante. Las bofetadas, las denuncias de presuntos sobornos y la falta de quórum para sesionar en ambas Cámaras son la evidencia ante la opinión pública", sostuvo el analista Rosendo Fraga, de Nueva Mayoría.
A las complicaciones de la oposición para conseguir la aprobación de leyes claves, se sumaron las fracturas entre espacios contrarios al Gobierno, en momentos en que las diferentes fuerzas delinean su estrategia con miras a las elecciones de 2011.