Junta Militar birmana aceptó ayuda, pero rechazó a los cooperantes
La ONU denunció que la negativa del régimen que gobierna Myanmar para otorgar visados a sus funcionarios "no tiene precedentes en los esfuerzos modernos de ayuda humanitaria".
La ONU denunció que la negativa del régimen que gobierna Myanmar para otorgar visados a sus funcionarios "no tiene precedentes en los esfuerzos modernos de ayuda humanitaria".
La Junta Militar de Birmania (Myanmar) rechazó la entrada al país de cooperantes extranjeros pero aceptó la ayuda humanitaria ofrecida por la comunidad internacional, ante la frustración de las organizaciones humanitarias y agencias multilaterales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores birmano indicó en un comunicado que han dado prioridad a la ayuda, pero prefieren encargarse ellos mismos de la distribución entre el millón y medio de personas "seriamente afectadas" por el ciclón tropical Nargis, según datos de la ONU.
"No estamos preparados por el momento para recibir esta clase de misiones de información, búsqueda y rescate de otros países", apuntó el departamento birmano de Asuntos Exteriores a través de un comunicado.
Es por esta razón que a un equipo de 62 especialistas se le impidió el jueves descender de un avión con ayuda procedente de Qatar que había aterrizado en el aeropuerto Mingalardon de Rangún.
"Myanmar no fue informada de la misión de búsqueda y rescate que llegó con la asistencia humanitaria. El Gobierno sólo tenía constancia de que el avión iba a entregar ayuda humanitaria", señaló la junta birmana en su nota difundida desde Naypyidaw, la capital del país desde 2005 y donde la furia del Nargis no llegó.
La Junta Militar cuenta en la zona afectada, el estado de excepción está declarado en las regiones de Irrawaddy, Rangún y Pegu y los estados Kayin y Mon, con cuatro divisiones de infantería, según los medios de comunicación estatales, pero la población afectada se queja de que nadie les ayuda, y menos el Ejército.
La embajada de Estados Unidos en el país asiático calcula que habrán muerto unas 100.000 personas, aunque la radio, la televisión y la prensa birmana sólo confirman unos 23.000 muertos y 42.000 desaparecidos.
La actitud del régimen militar birmano, de controlar toda persona que ingresa en el país para impedir que se cuelen "enemigos de Estado", tiene perplejas a las agencias de la ONU y a las organizaciones no gubernamentales (ONG) humanitarias, que ven frustrado su plan de atender con rapidez a los necesitados.
La negativa a conceder visados a su personal para asistir al los damnificados por el ciclón es "sin precedentes en los esfuerzos modernos de ayuda humanitaria", de acuerdo a la ONU.
"¡Es asombroso!", manifestó el portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Paul Risley, a los periodistas en Bangkok, en relación a la lentitud con que las autoridades birmanas tramitan las solicitudes.
La embajada de Birmania en Bangkok no abrió este viernes debido a una festividad, lo que quiere decir que hasta el lunes o el martes próximos, según un empleado de la legación, no se extenderán visados. (EFE)