Rosalía P. estaba pasando "un momento personal y económico muy malo" cuando, una noche, se topó en la televisión con la tarotista Pepita Vilallonga. Cinco años después, mantiene una demanda penal contra la vidente.
"Yo nunca creí en esas cosas, pero estaba en un agujero; me dio por llamar y pedí una cita", contó la mujer en el juicio por estafa contra la tarotista y dos colaboradores. Vilallonga ya había sido detenida en 2017 acusada de estafar por 300.000 euros (equivalentes a unos 275 millones de pesos chilenos) a otra adulta mayor, pero el caso fue archivado.
Según contó El País, Rosalía acudió a Vilallonga y le pidió que le leyera las cartas del tarot por 100 euros (91 mil pesos chilenos). Fue el inicio de su pesadilla, "me dijo: 'Tienes un mal de ojo, llevas un muerto en la espalda y tus perros y tú vais a morir, no llegáis al fin de semana". Ahí la vidente le presentó a David L, su hijo, especialista en ese tipo de "embrujos". Hoy también está imputado.
Madre e hijo debían ponerse a trabajar de inmediato, pero "necesitaban" 4.400 euros en efectivo (4 millones de pesos aproximadamente). Los acusados pidieron ayuda externa, ahí apareció en escena el "padre Giorgio", un hombre que hablaba italiano y al que presentaron como "un capellán que venía del Vaticano". Le pidieron 10.000 euros más por la participación del sujeto.
"¿PERO TÚ ESTÁS LOCA?"
Metida de lleno en esa espiral delirante, Rosalía pagó los 10.000 euros (9 millones de pesos), y luego abonó otros 17.000 (15 millones de pesos) que le exigieron en diciembre para terminar el ritual. Tiempo después cayó en cuenta de que había sigo estafada. Su amiga Mercè le dijo: "¿Pero tú estás loca?", cuando aparecieron las denuncias contra Vilallonga en la televisión.
En el juicio, Rosalía renunció a que le devuelvan el dinero. "Solo quiero que nadie más pase este miedo y este pánico", dijo. La abogada de la mujer pidió ocho años de cárcel para Vilallonga y sus dos colaboradores. La Fiscalía, en cambio, no cree que haya delito. "¿Y usted se lo creyó todo?", preguntó el fiscal, a lo que la mujer respondió: "En ese momento, si me hubiesen dicho que tenía que pagar 100.000 euros, los hubiera robado, hubiese hecho cualquier cosa".
