Aeropuertos y trenes han sufrido las consecuencias de las bajas temperaturas.
En Rusia los termómetros han bajado hasta los 20 grados bajo cero.
La llegada anticipada del invierno en Europa originó este miércoles enormes problemas en los transportes y cortes de suministros de energía a lo largo y ancho del Viejo Continente.
La ola de frío y nieve en Alemania obligó al aeropuerto internacional de Frankfurt, el de más tráfico del continente europeo, a anular numerosos vuelos por tercer día consecutivo, por lo que se montaron salas especiales con unas 400 camas de campaña.
En Francia hay bloqueadas carreteras del centro y el este, al tiempo que se ha anulado un 20 por ciento de los trenes de alta velocidad entre París y el sureste del país.
La Red de Transporte de Electricidad (RTE) prevé un récord de consumo en Francia, por lo que ha decidido importar corriente de los países vecinos, en particular de Bélgica y el Reino Unido.
En Portugal, las intensas nevadas caídas en diferentes puntos del centro y el norte han llevado a las autoridades a mantener cortadas 31 carreteras durante la mañana de hoy, sobre todo en zonas del este y del noreste fronterizas con las provincias españolas de Salamanca y Orense.
En Polonia el frío ya se ha cobrado la vida de al menos 11 indigentes, ocho de ellos anoche, explicó un portavoz policial.
Más problemas
Las bajas temperaturas y la nieve caída en los últimos días también ocasionan retrasos en el aeropuerto de Bruselas y en los trenes Eurostar que conectan la capital belga con Londres.
Anoche cayeron entre 20 y 40 centímetros de nieve en el oeste de Suiza, lo que ha perturbado el transporte aéreo, terrestre y el ferrocarril. El aeropuerto de Ginebra está cerrado y los aviones que debían aterrizar se han ido derivando a Zúrich y Lyon (Francia).
El aeropuerto internacional de Gatwick, que sirve a la región de Londres, también cerró durante la noche hasta nuevo aviso, y además, hay modificaciones en la salida y llegada de vuelos en el aeropuerto de Heathrow.
En Escocia el aeropuerto de Edimburgo permanece cerrado y 1.800 vehículos y 3.500 personas trabajan para limpiar las carreteras de hielo y nieve, al tiempo que se ha pedido a la población que evite viajes innecesarios.
El invierno también llegó a la capital rusa, donde los termómetros marcaban 20 grados bajo cero, temperatura inusualmente baja para estas fechas, pero la nieve, habitual en noviembre, este año brilla por su ausencia.
