Un extremista turco intentó asesinar este lunes al primer ministro del país, Recep Tayeb Erdogan, en el día en que se conmemora el 25 aniversario del último de los tres golpes de Estado que sacudieron el país durante el siglo XX.
Según el Fiscal General de la provincia de Kutahya, Mehmet Serif Eren, esa es la primera impresión que ha sacado la policía tras el incidente ocurrido durante el acto que el líder islamista presidió en una escuela de esa zona del oeste de Turquía.
Erdogan inauguró esta mañana el curso escolar con un discurso que fue interrumpido por un ciudadano identificado por la Policía como Mustafá Bagdad.
El activista gritó varias consignas en contra del separatista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y le recriminó al primer ministro que "ayer tuvimos cinco mártires", en referencia a una serie de incidentes entre la Policía y los rebeldes en los que murieron cinco agentes.
Cuando los servicios de Seguridad intervinieron para expulsar a Bagdad de la sala, descubrieron que el extremista llevaba una pistola cargada.
Los grupos nacionalistas turcos han elevado en los últimos días el tono de sus críticas a Erdogan en protesta por su supuesta flexibilidad con los kurdos, en especial tras su visita a la ciudad de Diyarbakir, corazón de esta comunidad.
En 1988, Kartal Demirag, un militante del nacionalismo más extremo, trató de asesinar por la misma razón el antiguo presidente del país, Turgut Ozal.
Ozal, líder del partido de la Madre Patria, fue elegido primer ministro en 1983, tres años después de que Turquía sufriera el tercer y último golpe de Estado del pasado siglo.
La efeméride fue recordada este lunes, 25 años después, con tímidas reclamaciones para que se juzgue a los autores y un llamamiento generalizado a la revisión de un episodio que aún influye en la historia del país.
Las protestas que emergieron durante todo el fin de semana quedaron acolchadas por el miedo a que sirvan para que el conflicto étnico recupere su fragor.
En el último año, el PKK ha retomado su actividad en el sureste de Turquía tras cinco años de tregua impuesta por la captura en 1999 de su líder, Abdulá Ocalan, condenado a cadena perpetua.
Durante los 15 años que duró su alzamiento, alrededor de 30.000 turcos perdieron la vida en atentados y combates entre los rebeldes y las fuerzas de Seguridad.
Esta resurrección del PKK y el aniversario del golpe han devuelto a los turcos sus fantasmas, apenas dos meses antes de que se inicien las negociaciones para la anhelada adhesión de Turquía a la Unión Europea.
El primer ministro depuesto hace 25 años, Suleyman Demirel recordó este lunes que la venganza no es el camino y recomendó reflexión para aprender las lecciones de la intervención del Ejército en la política. (EFE)