El Presidente Sebastián Piñera confirmó esta noche el envío de más de 16 toneladas de elementos humanitarios en ayuda de Haití, país del Caribe que fue azotado por un terremoto grado 7,2 el sábado pasado, que ha dejado casi 1.300 muertos y cerca de tres decenas de miles de viviendas destruidas o dañadas.
El Mandatario llegó hasta el Grupo 10 de la Fuerza Aérea de Chile, en el Aeropuerto de Pudahuel, para comunicarlo, y explicó que se acordó y coordinó el envío tras una conversación con el primer ministro haitiano, Ariel Henry.
"Esta noche estamos enviando un avión Boeing KC-135 con más de 16 toneladas de ayuda humanitaria: medicamentos, elementos sanitarios, alimentos, aguas y otros hechos y cosas que son necesarias en Haití", detalló el Mandatario chileno.
"Los chilenos sabemos y conocemos lo que significa un terremoto devastador y lo que significa en términos de sufrimiento y dolor para las personas que tienen que vivir esas adversidades, y por eso tenemos todas las razones del mundo para hoy día acompañar, solidarizar y ayudar al pueblo haitiano en estos momentos de tanto dolor y angustia", expresó Piñera.
Además, reveló que conversó con los presidentes de Panamá y Costa Rica "para poder coordinar que Chile provea el transporte aéreo de la ayuda humanitaria que ellos también van a enviar a Haití".
El vuelo del Boeing KC-135 de transporte estratégico de la FACh partirá dentro de las próximas horas con destino a Puerto Príncipe, capital del afectado país caribeño, y tendrá una duración aproximada de ocho horas.
En detalle, la ayuda consiste en 11 mil litros de agua purificada, kits de alimentación y raciones alimenticias con alimentos no perecibles (harina, azúcar, fideos, arroz, té, atún en tarro, porotos, garbanzos, leche en polvo, soya, jurel, galletas, sal, puré de papa, café, endulzantes y mermelada, entre otros productos), además de kits de higiene personal para hombres y mujeres y también medicamentos.
También se han ofrecido para enviar ayuda al país caribeño otras naciones como Estados Unidos, Colombia, República Dominicana, México o Venezuela.
Haití, el país más pobre de Latinoamérica, sufrió en 2010 una catástrofe similar, con un terremoto de magnitud 7 que dejó 300.000 muertos, igual cantidad de heridos y 1,5 millones de damnificados.
