El nuevo presidente de Irán, Mahmud Ahmadinayed, advirtió este sábado que su país respeta la ley internacional, pero que no aceptará una violación de sus derechos ni una "claudicación" ante los deseos de los extranjeros.
En su discurso de juramento del cargo ante el Parlamento del país, el líder ultraconservador subrayó que "los iraníes no aceptaremos que se violen los derechos de nuestra nación".
"Es un principio irrenunciable de nuestra política. Nunca sacrificaremos nuestra dignidad", agregó.
La declaración es entendida como un rechazo implícito de la nueva propuesta negociadora presentada el viernes por la UE para resolver el pulso que Irán mantiene con la comunidad internacional a causa de sus ambiciones nucleares.
"Nosotros deseamos la paz y la justicia para todos, pero lo que desean ciertos países cuando hablan de paz, es la sumisión de las otras naciones, y utilizan las amenazas para conseguir sus fines", afirmó ante la cámara.
"Respetamos las reglas internacionales, pero nunca emprenderemos una política que se oponga a nuestros intereses como nación", insistió.
Bruselas presentó el viernes una nueva propuesta de negociación en la que reconoce el derecho de Irán al uso civil de la energía atómica y se compromete a facilitarle su acceso siempre y cuando Irán abandone toda actividad nuclear sospechosa.
El portavoz del Ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Hamid Reza Asefi, calificó este sábado como "inaceptable" la iniciativa presentada por la tríada europea -Alemania, el Reino Unido y Francia- y subrayó que quedaba lejos de las "expectativas mínimas" albergadas por Irán.
La UE advirtió también el viernes que un rechazo podía originar que la polémica fuera elevada al Consejo de Seguridad de la ONU, y se convirtiera en el inicio de una importante crisis internacional.
En cuanto a la política interior, el nuevo presidente iraní prometió "un gobierno popular" cuyo objetivo será resolver los grandes problemas cotidianos del país, como el paro.
"Uno de los objetivos más importantes del gobierno será atajar la cuestión del empleo. Si es resuelto, otros muchos problemas de la nación quedarán resueltos", aseguró.
Ahmadinayed se comprometió, asimismo, a respetar la tradición y la identidad islámica de la nación, además de los principios de la revolución que en 1978 derrocó al último y pro occidental Sha de Persia, Mohamed Reza Palhevi.
"Nuestro país es un Estado islámico, porque el Islam es la base de su cultura y pensamiento. Si nuestra identidad islámica es atacada, ellos querrán tomar también el resto, querrán imponernos su cultura", advirtió.
Ahmadinayed, vencedor de las elecciones de junio, fue ya investido el pasado jueves por el líder supremo de la Revolución, gran ayatolá Alí Jamenei, en una mezquita de Teherán. (EFE)