Los juristas que representan a Shoko Asahara, gurú del grupo que atacó con gas sarín el Metro de Tokio, indicó que no pudo entregar los documentos puesto que el condenado no se comunica con ellos.
Los abogados del gurú de la secta que cometió el ataque con gas sarín al metro de Tokio no lograron presentar la apelación a su sentencia de pena de muerte antes del plazo establecido, que finalizó este miércoles.
Según la agencia Kyodo, la defensa de Shoko Asahara indicó a la Corte Suprema de Tokio que no pudo entregar los documentos puesto que el condenado no es capaz de comunicarse con los letrados.
La superación del plazo de presentación de las razones para interponer un recurso de apelación supondría la vigencia de la condena a la pena de muerte promulgada por el Tribunal del Distrito de Tokio, el 27 de febrero del año pasado.
Pero al parecer, según Kyodo, la Corte Suprema prefiere no tomar ninguna decisión hasta que obtenga los resultados de una serie de exámenes siquiátricos a Asahara. De acuerdo con las mismas fuentes, las pruebas médicas pueden durar varios meses.
La defensa del gurú ya trató, sin éxito, a finales de julio de suspender el proceso hasta que la salud mental del condenado mejorara y pidieron a la Corte Suprema una ampliación del plazo para entregar los motivos de la apelación.
La secta Verdad Suprema fue la responsable del atentado que mostró al mundo la vulnerabilidad de Japón ante el terrorismo, con una cadena de ataques con gas sarín en el metro de Tokio, que dejó 12 muertos y a más de 5.500 personas intoxicadas.
El 20 de marzo de 1995, cinco seguidores de Shoko Asahara que viajaban en vagones diferentes de tres congestionadas líneas de metro rasgaron con las puntas de sus paraguas unas bolsas que contenían un gas letal y sembraron el caos.
Asahara, predicador de una doctrina apocalíptica cuyo verdadero nombre es Chizuo Matsumoto, fue condenado a morir en la horca por un total de 13 crímenes, incluido el ataque de gas sarín, aunque su proceso aún sigue abierto.
En total los tribunales japoneses han emitido 12 sentencias de muerte contra seguidores de la secta, por participar en un atentado que está considerado como el mayor sufrido por Japón tras la II Guerra Mundial. (EFE)
