Nueve unidades de la Flota del Pacífico rusa trabajaban intensamente para salvar a los siete marinos que están dentro de un batiscafo militar, inmovilizado desde el pasado jueves 4 de agosto a 190 metros de profundidad en una bahía de Kamchaka (extremo oriente ruso), informó la Marina.
En el momento del incidente los marinos disponían de 120 horas de reserva de aire y de alimentos, y de siete aparatos respiratorios individuales, indicó el portavoz de las fuerzas navales, el capitán Igor Dygalo.
Informaciones proporcionadas anteriormente por las agencias rusas, que citaron fuentes navales de alto nivel, hablaron sin embargo de una reserva de 24 horas para los marinos.
El batiscafo AS-28, de 13 metros de largo y cinco metros de ancho, destinado a prestar asistencia a sumergibles averiados y preparado para descender hasta un kilómetro, efectuaba una misión de rutina cuando quedó atrapado.
Para socorrer a los marinos, tendrá que ser empleado un submarino similar que, según fuentes oficiales citadas por la agencia Interfax, ya fue desplazado hasta el lugar y se preparaba para intervenir este viernes.
Durante un ejercicio de rutina en la bahía Berezovaia (75 km al sur de la ciudad de Petropavlovsk-Kamchaskii), el batiscafo se enganchó con un objeto no identificado y fue incapaz de volver a la superficie.
Según el Estado Mayor de la Marina, el aparato se pudo enganchar a un cable metálico que podría haberse enredado en la hélice.
El estado de los siete miembros de la tripulación fue calificado de "normal" por el portavoz de la Flota del Pacífico, si bien la temperatura al bordo es de cinco grados centígrados, lo que les obliga a llevar vestimentas adaptadas al frío.
Este accidente recuerda a los rusos el drama del "Kursk", un gran submarino ruso que se hundió cuando hacía maniobras en el Mar de Barents el 12 de agosto de 2000, con 118 hombres a bordo. Todos los tripulantes murieron. (Agencias)