Los servicios secretos germanos lo contrataron para que filtrara información del líder cubano.
Estuvo bajo la tutela del régimen militar.
Los servicios secretos de la Alemania Occidental -el BND- emplearon entre 1958 y 1962 a un criminal nazi, Walther Rauff, por entonces residente en Chile, para espiar al líder cubano Fidel Castro, reveló este domingo el semanario Der Spiegel.
Rauff dirigió una unidad especial de las SS, que llegó a disponer de 20 camiones equipados por cámaras de 1,7 metros de ancho por seis metros de largo, que estaban conectadas al tubo de escape del vehículo de manera que los presos morían por emanaciones de gas.
A cambio de esos servicios, percibió 70 mil marcos alemanes (48.126 dólares, más de 25 millones de pesos chilenos) y además se le avisó a tiempo de que destruyese todos sus documentos cuando en 1962 la policía acudió a Punta Arenas para detenerlo.
Protegido por Augusto Pinochet
Rauff fue capturado en 1945 por tropas estadounidenses, pero escapó de un campo de prisioneros italiano un año después y, tras pasar una temporada en Siria y luego en Ecuador, llegó a Chile a mediados de los años 50, donde se estableció como hombre de negocios en Punta Arenas.
En 1962 fue detenido y se le abrió juicio en virtud a una solicitud de la justicia alemana, que lo requería por la muerte de unos 98 mil prisioneros durante el nazismo.
El proceso acabó sobreseído, porque la justicia chilena consideró que sus crímenes habían prescrito al haber transcurrido más de quince años de éstos.
Rauff murió en 1984 en Chile, donde habían transcurrido los últimos 26 años de su vida, parte de los cuales estuvo protegido por el régimen de Augusto Pinochet.
