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Allende dijo: "Si pierdo el plebiscito, me voy"

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Autor: Cooperativa.cl

El ex senador Ricardo Núñez recordó en Cooperativa cómo se organizaba el discurso en la UTE en septiembre de 1973.

"Se dice que el golpe estaba programado para el 17 de septiembre y se adelantó para el 11", comentó

Allende dijo:

Núñez dijo que la reconciliación "es muy difícil" y seguirá siéndolo mientras la derecha insista con "patrañas" y la "ridícula teoría del empate".

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El ex senador socialista Ricardo Núñez reflexionó este lunes en Cooperativa cómo el plebiscito que iba a convocar Salvador Allende en septiembre de 1973 pudo haber impedido el golpe militar y la ruptura institucional ocurrida hace años.

Núñez, que en 1972 fue electo secretario general de la Universidad Técnica del Estado (UTE), aseguró en El Diario de Cooperativa haber sido  "testigo privilegiado" de la organización de dicha convocatoria a plebiscito, que desde la derecha ponen en entredicho.

"Soy testigo privilegiado, porque me tocó organizar -conjuntamente con los funcionarios de la Casa Central de la Universidad- el lugar donde iba a hablar Salvador Allende, quiénes iban a ir, quiénes iban a hacer uso de la palabra antes de que él llegara (...) y sabíamos, por los funcionarios de la OIR (organización que tenía que ver con la radiodifusión de La Moneda) que el Presidente se iba a referir nada menos que a un plebiscito", dijo el líder socialista.

"Esto se me dijo a mí, no se le dijo al de al lado", destacó Núñez: "Se me dijo a mí, porque yo conocía a algunas personas que en esa época cumplían funciones directivas de la OIR. Me dijeron: 'Es súper importante lo de mañana. Por favor, esto tiene que estar muy bien dispuesto, las sillas tienen que estar correctamente puestas en el lugar...' Iba a ser en el frontis de la Casa Central, que posteriormente fue bombardeada por las fuerzas del Ejército", recordó.

"En ese momento para muchos de nosotros y especialmente para mí era muy importante saber que desde la Universidad Técnica, nada menos, se iba a llamar a un plebiscito" que abría la posibilidad de que "la vida política tan agitada del país empezara a encauzarse por la vía de generar un plebiscito".

Probable derrota

"Sé que (Allende) dijo una frase en la reunión del lunes o el domingo, el 9 ó el 10 (de septiembre); dijo a quienes lo acompañaron en esta decisión -entiendo que estaba Orlando Letelier, entre otros; también, seguramente, Pepe Tohá-: "Si pierdo, me voy". Esa frase la habría dicho a tres personas, pero los tres están muertos", explicó.

"Ésa frase indica la disposición que él tenía, porque era obvio que la situación no daba para más. Por las colas, por el desabastecimiento, por toda la situación que se estaba viviendo en la época, era altamente probable que perdiera el plebiscito", añadió el ex funcionario de la UP, que señala, en esa línea, haberse preguntado "siempre" qué habría pasado "en el país, en la sociedad", si el plebiscito se hubiera concretado.

 

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Tras el golpe de Estado Ricardo Núñez fue detenido, estuvo en el Estadio Nacional y luego fue trasladado a la Penitenciaría de Santiago, donde permaneció hasta mediados de 1974. Luego partió al exilio a la RDA y a España. Volvió a Chile en 1979. (Foto: UPI)

 

"Es altamente probable que hubiéramos podido encontrar un cauce institucional. ¿Por qué no se encontró y por qué se dice que el golpe estaba programado para el 17 de septiembre, y se adelantó para el 11? Preguntas que todavía ni siquiera somos capaces de respondernos...", declaró Núñez.

El ex timonel recordó también un diálogo que tuvo con "Erich Schnake, que formaba parte del equipo de comunicaciones del Partido Socialista, y me dijo el día 9: 'Parece que no tenemos otra alternativa que el plebiscito. El problema es que eso nos puede adelantar el golpe'. Eso lo recuerdo", afirmó.

"No" al empate

En su diálogo con Cooperativa el ex senador rechazó también la actitud de la derecha que apela a "la teoría del empate" el enrostrársele su responsabilidad ética en las violaciones a los derechos humanos.

"Una cosa es pedir perdón y otra cosa es reconocer los errores, porque no cometimos horrores. Errores cometimos y sin duda alguna contribuyeron a un ambiente que permitió que el golpe de Estado se produjera, pero cometimos errores, no hay absolutamente ninguna muerte, no hay violación a los derechos humanos, no cae la democracia, no se destruyen las instituciones", señaló.

"Otra cosa muy distinta es el golpe de Estado y la dictadura. Son dos cosas diferentes". En la izquierda "no hay cómplices pasivos", señaló el ex parlamentario aludiendo al concepto que utilizó recientemente el Presidente Piñera.

"Lo que hay (en la izquierda) son personas que han reconocido, como yo, los errores que cometimos durante el tiempo de la Unidad Popular. Eso está escrito por muchos, muchos historiadores, diputados, senadores, dirigentes políticos de la época: los libros de Luis Corvalán, los propios libros de Carlos Altamirano, reconocen claramente que tuvimos insuficiencias para darle mejor conducción al Gobierno de la Unidad Popular y no caer en posiciones tan extremistas o que salían de margen de lo posible en aquella época. Eso se reconoce, fueron errores políticos manifiestos. ¿No fue capaz el compañero Salvador Allende de darle conducción? Sí, posiblemente, yo soy crítico en ese sentido", añadió.

Sin embargo, "cometimos errores y no horrores; no hay que confundir, porque esta política del empate no nos va a permitir llegar nunca a la verdad (...) No sigamos con las patrañas, con la falta de generosidad intelectual, porque yo a veces veo a personeros de derecha que dicen: 'Lo que pasa es que ustedes justificaron los asesinatos de Stalin, no fueron críticos con la RDA', desconociendo que muchos nos fuimos de la RDA porque no compartíamos las visiones que ahí se daban. Es como si yo le dijera a los católicos: 'Ustedes justificaron la Inquisición en el siglo V (sic). Eso es absurdo, eso es ridículo, esa teoría del empate hace que no tengamos ninguna posibilidad de entendernos racionalmente y poder construir juntos un país efectivamente reconciliado", sentenció Núñez, quien reconoció dicha reconciliación como un esfuerzo "muy difícil". 

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