Al conmemorar 30 años desde la fundación de la Vicaría de la Solidaridad, monseñor Cristián Precht, uno de los directores de la organización durante la dictadura, solicitó al Estado pensiones de gracia para algunos de los antiguos colaboradores de la entidad, "que están muy necesitados".
En conversación con El Diario de Cooperativa, el sacerdote indicó que "hubo un grupo de mas de 300 personas, entre Santiago y el resto del país, que entregaron su vida, su energía y su creatividad (por la Vicaría), y por ellos siento enorme admiración y gratitud".
Precht subrayó que hay personas que colaboraron como trabajadores administrativos "que están muy necesitadas, que han envejecido y creo que ahí haría bien que el Gobierno diera algunas pensiones de gracia".
La medida beneficiaría "a aquellos que trabajaron salvando vidas y no sólo para aquellos cuyas vidas fueron violadas", indicó, en referencia a las jubilaciones de gracia entregadas a familiares de detenidos desaparecidos y a víctimas de torturas.
Consultado por el rol de la vicaría durante la dictadura de Augusto Pinochet, Precht destacó que la entidad no sólo veló por los derechos de los opositores, sino que ayudó a los más pobres en una época donde la cesantía llegaba a 30 por ciento, con cientos de ollas comunes a los largo del país.
Además, sentenció que no a 33 años del golpe militar de 1973 no se puede aspirar a que "todos" asuman un grado de responsabilidad en el quiebre de la democracia, como se han planteado desde algunos sectores de derecha.
"Cuando uno dice que todo es todo, quiere decir que nada es nada", y recalcó que hay personas que son responsables directos de la muerte y desaparición de compatriotas.
Precht también recordó con algo de humor la calificación de "cura comunista" que recibió el creador de la vicaría, el cardenal Raúl Silva Henríquez, así como muchos de sus colaboradores, incluido él.
"Es bien cómico que cuando se defiende a la justicia, a la fraternidad, a la vigencia del derecho, todos términos fundamentales en una sociedad democrática y de una herencia cristiana muy profunda, hay gente que le dice comunista", señaló.
El sacerdote resumió que dicha posición "es confundir las cosas y tener una mirada más pequeña", y no entender el trasfondo de la labor en defensa de la vida. (Cooperativa.cl)