Ante el anuncio de Sebastián Piñera sobre aumentar la subvención escolar preferencial, surgieron diversas críticas desde el Congreso y sectores dedicados a la educación, donde parlamentarios apuntaron a focalizar de forma correcta los recursos.
Gabriel Silber, diputado DC de la Comisión de Educación de la Cámara Baja, indicó que hace dos semanas habían entregado una propuesta al respecto, pero estima que la medida se verá entrampada porque "habla de una serie de requisitos que, en los hechos, van a hacer que los chilenos no veamos cambios importantes en la agenda educacional".
De todas maneras, Silber dijo que aprobarán la iniciativa "en la medida que en la discusión parlamentaria se entienda que en los colegios, especialmente los más vulnerables, requieren un compromiso fiscal sustantivo que no vemos reflejado en el proyecto de ley".
Por su parte, el diputado PS Carlos Montes apuntó a que "no basta con subvención: es necesario hacer ajustes en la forma de aplicar la subvención preferencial", ya que -según sostuvo- el 48 por ciento de los recursos disponibles no se han gastado por un enfoque "muy rígido desde el Ministerio de Educación".
Desde la fundación Belén Educa, su director Juan Enrique Huarachi apuntó a invertir los recursos en medidas concretas como "buena capacitación y programas para los profesores", pero "con compromiso, desempeño y resultados, no plata por plata".
Proyecto
El proyecto, que costará unos 70 millones de dólares al año, tendrá dos escalas, la primera reajustará en un 26 por ciento (6.500 pesos mensuales), mientras el resto de los beneficiarios tendrán un aumento del 14 por ciento (unos 3.500 pesos).
Junto a ello, adelantó que se creará una nueva subvención escolar de pobreza, la cual, según explicó el ministro de Educación, Joaquín Lavín, "que significa que los niños de menores recursos, los colegios que los eduquen, van a contar con 82 mil pesos mensuales por niño".