Se destinó 2,4 millones de dólares para las familias de los fallecidos panameños.
En tanto, se entregarán las compensaciones correspondientes a los accidentados nacionales.
El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, entregó una indemnización de 2,4 millones de dólares a doce familiares de las víctimas panameñas del accidente de un helicóptero del Servicio Aéreo Nacional (SAN) en el que murieron, además, seis ciudadanos chilenos, entre ellos el general director de Carabineros, José Alejandro Bernales.
"Cosas como estas sucedieron porque tenemos la mala política y la desidia de tener aviones y helicópteros descascarillados, viejos y obsoletos que causan este tipo de accidentes", dijo Martinelli.
"Estoy seguro -agregó- de que si hubieran estado en un helicóptero nuevo esto no hubiera pasado".
El helicóptero del Servicio Aéreo Nacional SAN-100 tenía más de 30 años de servicio en el momento en que se estrelló, el 29 de mayo de 2008, contra un almacén de ropa en una zona comercial de la capital panameña, cuando buscaba atravesar la ciudad para realizar un aterrizaje de emergencia.
Panamá también reconocerá a los familiares de los oficiales chilenos y acompañantes fallecidos con la suma de 2,8 millones de dólares; al Estado chileno en concepto de satisfacción diplomática un total de 3,2 millones de dólares, y otros 420.000 dólares que corresponden a la cobertura del seguro de vida.
La indemnización al Estado y las víctimas chilenas fue acordada en el marco de la Mesa Binacional de Trabajo, que fue constituida por ambos gobiernos en octubre de 2008 y celebró cinco reuniones.
En el accidente fallecieron el general José Alejandro Bernales; su esposa, Teresa Bianchini; el comandante Oscar Tapia y su esposa, Carolina Reyes Cruz; el comandante Ricardo Orozco Ugalde y el capitán Mauricio Fuenzalida.
El 16 de abril pasado el gobierno panameño ratificó en el informe final sobre el accidente que el siniestro se produjo por un fallo humano.
