Así lo aseguró el coronel Carlos Muñoz, jefe de Seguridad de la institución.
Una subametralladora, dos pistolas y un revólver desparecieron en el penal Cordillera.
El jefe de Seguridad de Gendarmería, coronel Carlos Muñoz, aseguró que la investigación del robo de armas desde el penal Cordillera de Peñalolén apunta a funcionarios de la institución.
Se trata de la sustracción de una subametralladora Famae, dos pistolas Taurus y un revólver de la misma marca, todas con sus respectivas municiones, que se mantenían en la sala de armas, en el pabellón administrativo del centro penitenciario, cuya desaparición quedó al descubierto el pasado viernes.
"Los funcionarios de la guardia están a cargo de la seguridad, hay dos por turno, manejan las llaves y por lo tanto son los únicos responsables de la pérdida de estos elementos", señaló Muñoz.
"Descartamos que hayan terceras personas involucradas. Tanto la población penal como los visitantes no tienen acceso a este sector", enfatizó el funcionario.
A su vez, el jefe de Seguridad de Gendarmería indicó que conocido el hecho se optó por dar aviso a la Fiscalía Militar y al Ministerio Público, mientras que se dispuso un sumario administrativo y lamentó que el hecho empañe a la institución.
"Por una parte está la investigación judicial a través del Ministerio Público y por otro está el sumario administrativo, vale decir, que los responsables arriesgan la destitución si se comprueba la sustracción de las armas, sin perjuicio de la sanción penal", añadió.
Por otra parte, Carlos Muñoz manifestó que aún quedan 162 reos sin capturar de los 446 que inicialmente huyeron de la cárcel de Chillán tras el terremoto del pasado 27 de noviembre.
