Los integrantes del pleno de la Corte Suprema eligieron a la segunda antigüedad, el juez Enrique Tapia, de 73 años, como nuevo presidente del máximo tribunal de nuestro país.
Tapia mostró inmediatamente los lineamientos de lo que será su ejercicio del cargo e indicó que no puede pedir perdón por terceros, al ser consultado por un eventual mea culpa de los tribunales por la actuación de algunos de sus miembros en dictadura.
"Yo creo que el perdón es muy particular, muy personal. Yo no puedo pedir perdón por colegas, porque estaría diciendo 'ese colega intervino, ese colega tuvo alguna responsabilidad' y si yo no la sé no puedo pedir perdón a la gente", explicó.
Consultado por el caso MOP, que lleva adelante la jueza Gloria Ana Chevesich y que ha hecho "desfilar" por tribunales a altos personeros públicos, indicó que nadie tiene derecho de ejercer presiones a un tribunal que está investigando hechos.
Tapia, que logró 15 votos, va a estar dos años en el cargo a partir del 6 de enero, en reemplazo de Marcos Libedinsky.
El juez es la segunda antigüedad del tribunal, por detrás de Eleodoro Ortiz, quien ya había manifestado que no asumiría el cargo por razones de salud. Lo seguían en años en el Poder Judicial Ricardo Gálvez y Alberto Chaigneau.
Gálvez -que logró cinco preferencias- era fuertemente rechazado por las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos, presos políticos y otros organismos de defensa de los derechos humanos.
De acuerdo a estos grupos, el magistrado sería el creador, durante la dictadura, de un formulario bautizado con su nombre, que consistía en una hoja donde bastaba llenar los datos personales del prisionero político desaparecido, para rechazar los recursos de amparo presentados por sus familiares.
Además, constantemente ha votado a favor de Pinochet cuando le ha tocado revisar alguno de los desafueros del ex dictador. (Cooperativa.cl)