La Sala Penal de la Corte Suprema dictó una nueva condena en contra de cinco ex agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), aplicando la figura del secuestro calificado de un detenido desaparecido.
Las penas por el crimen del mirista Cortez Joo fueron las siguientes:
Osvaldo Romo Mena: 10 años y un día de reclusión.
Miguel Krassnoff: cinco años y un día.
Marcelo Moren Brito: cinco años y un día.
Rolf Wenderoth: cinco años y un día.
Krassnoff, Moren Brito y Wenderoth vieron rebajadas sus sentencias -en primera instancia recibieron iguales condenas que Romo- por la atenuante de la irreprochable conducta anterior, de acuerdo al fallo de los ministros Alberto Chaigneau, Nibaldo Segura, Jaime Rodríguez Espoz y los abogados integrantes José Fernández y Fernando Castro.
Considerando la colaboración que prestó en el proceso, también vio disminuida su pena -de cinco años y un día a tres años y un día de presidio remitido- el suboficial en retiro Basclay Zapata Reyes, conocido como "El Troglo".
En su fallo, la Suprema rechaza la demanda presentada por familiares de la víctima a causa de daño moral, dejando en manos de la justicia civil el pago que se había ordenado solidariamente al Fisco y los cinco sentenciados, por un monto de 20 millones de pesos.
La decisión del máximo tribunal se da en medio de las críticas de militares en retiro y de parlamentarios la UDI al manejo de los tribunales en los casos de violaciones a los derechos humanos, tras la fuga del general (r) Raúl Iturriaga Neumann.
Manuel Cortez Joo, de 28 años, era contador auditor, casado y padre de un hijo al momento de su detención.
El militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) fue detenido el 14 de febrero de 1975 por agentes de la DINA, al tratar de evitar la aprehensión de su amigo Hugo Daniel Ríos Videla, también militante del MIR y actualmente desaparecido.
Su nombre apareció en la lista de 59 nombres que fue publicada por el diario %i%O Dia%o% de Curitiba, Brasil, el 24 de julio de 1975, como parte de la llamada Operación Colombo, montaje de la dictadura para justificar la desaparición de personas como fruto del enfrentamiento entre grupos subversivos. (Cooperativa.cl)