Jueza criticó duramente la implementación de los Tribunales de Familia

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Autor: Cooperativa.cl

Alba Llanos, quien dirige uno de los nuevos juzgados, dijo que hay "una desidia institucional y una indiferencia" frente al saturado funcionamiento del sistema.

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Desde los propios juzgados de familia viene la principal crítica al sistema puesto en marcha en octubre de 2005, que hoy en día entrega audiencias para los meses de septiembre y octubre, a raíz de la excesiva acumulación de causas.

 

Alba Llanos, titular del Primer Juzgado de Familia de Santiago, hizo público su descarnado análisis sobre el sistema encargado de revisar, entre otros temas, las demandas de pensiones, denuncias de violencia intrafamiliar y peticiones de divorcio

 

"Es impresentable la situación (...) nunca sitúe el problema en las personas, porque éstas son cosas sistémicas, son diseños organizacionales que no han considerado todos los elementos del sistema. En primer lugar, los Tribunales de Familia en sí, representan una idea muy novedosa y un procedimiento muy ágil y altamente satisfactorio a las expectativas de las personas", detalló Llanos.

 

En conversación con El Diario de Cooperativa, la magistrada explicó que el problema de atochamiento -cerca de 20.000 causas anuales por cada juzgado- "es porque se diseñó los tribunales sobre una premisa que a la hora de la instalación y funcionamiento real y efectivo, no estaba: estoy hablando de la mediación".

 

Este proceso, agregó, evitaría la llegada a los juzgados de entre el 30 y 40 por ciento de los litigios originales, porque se hallaría una solución previa, concordada entre las partes.

 

Sin embargo, cuando en octubre comenzó a funcionar la nueva institucionalidad jurídica familiar "no existía el sistema de mediación licitada y, por lo tanto, no hubo ninguna descongestión por esa vía", profundizó la abogada.

 

"Eso es un parte y, por otro, porque los tribunales empezaron a funcionar con el 30 por ciento, o 40 por ciento, del personal que era su dotación definitiva; y esto es porque se pensó en una incorporación gradual el personal, pero la verdad es que debió inmediatamente contado con todo el mundo", añadió.

 

Alba Llanos sumó el hecho que "los procedimientos suponen que uno, frente a cada denuncia, cite a una audiencia, y comprenderá que no todas las denuncias ameritan un juicio".

 

"A veces las partes denuncian cuestiones que son muy puntuales, después se arrepienten, no les interesa llegar a juicio y se soluciona con una intervención profesional o funcionaria muy menor, porque las personas no quieren una sentencia", comentó.

 

La jueza Llanos subrayó que "falta un filtro", porque es imprescindible que exista "una mediación prejudicial, o sea la mediación debió haber sido siempre obligatoria, antes de ingresar una causa a un tribunal", y no la voluntariedad que establecer la legislación para este trámite.

 

Al hacer una comparación con la Reforma Procesal Penal, Llanos manifestó que "la cantidad de recursos que se destina para una reforma y otra es infinitamente distintos, y aquí estamos frente a una paradoja absolutamente doble, triple".

 

"La paradoja es que el tema familiar, si lo piensa bien, es transversal a toda la sociedad; en cambio el tema penal, sólo algunos llegan al sistema penal", lamentó la profesional.

 

Llanos recordó que la propia Constitución establece que la familia es "el núcleo fundamental de la sociedad", lo que no se condice con la realidad del país, que muestra "una desidia institucional y una indiferencia", como prueba la ausencia de una Defensoría Pública para el sistema.

 

Incluso, la cobertura comunicacional entre ambos cambios jurídicos son abismales, aseguró Alba Llanos, quien también criticó la existencia de "criterios ingenieriles", sin consultar a expertos jurídicos, en el diseño de numerosas etapas de la nueva justicia familiar. (Cooperativa.cl)

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