La presidenta del Tribunal Constitucional (TC), María Luisa Brahm, admitió que una de las principales razones que sustentan al proceso constituyente es que los chilenos no se sienten representados por la Constitución actual.
"Las instituciones en los países y en nuestro país en general no solamente tienen que estar en la teoría bien delimitadas, como lo hace la Constitución, también tienen que ser reconocidas por las personas, y nuestra Constitución tiene ese problema", apuntó en entrevista con El Diario de Cooperativa.
De acuerdo a la autoridad, pese a las modificaciones que se le han hecho desde su promulgación en la dictadura de Augusto Pinochet, la ciudadanía no ha logrado estar cómoda con su norma fundamental.
"Las constituciones tienen que conversar con la ciudadanía. La ciudadanía tiene que sentir que esa Constitución los representa, y esta Constitución tiene ese problema, no tanto por sus normas, sino por su origen", reflexionó la otrora jefa de asesores del Presidente Sebastián Piñera.
Brahm estimó que el sentir de los chilenos es que 'fue una Constitución impuesta, y así de impuesta yo no la quiero. Quiero una Constitución en la que participe la ciudadanía en su confección', y eso es lo que está pasando, el movimiento acentó esa percepción y produjo un efecto".
El destino del TC bajo una nueva carta magna
Algunos han planteado disolver el TC mediante la nueva carta magna por su presunta obstrucción a una serie de iniciativas o reformas de interés nacional, actuando como "tercera Cámara" ante ellas, críticas de las que su presidenta dijo hacerse cargo, y que preceden al 18 de octubre.
"Esa es una frase que refleja definitivamente el trabajo que hacemos, pero porque es nuestra función, o sea, nosotros enjuiciamos la ley, tomamos una definición sobre si una norma es constitucional o no", puntualizó.
Sin embargo, Brahm cree que es impensado un cambio a la Constitución que no contemple un Tribunal Constitucional, sea el que existe ahora, uno con modificaciones u otro completamente nuevo, pues reconoció que sus funciones actuales también han sido "puestas en tela de juicio".
En ese sentido, consideró que las atribuciones de un renovado órgano podrían ser "menos o distintas, pero en general las modernas democracias del mundo desde hace 100 años están incorporando estos tribunales -van 156- y nunca se ha eliminado ninguno. Se van creando, no se van eliminando".
"Obviamente que lo que hace el Tribunal Constitucional es defender las normas de esa Constitución, por lo tanto, yo creo que cualquiera sea la Constitución que se defina, se va a crear un órgano que defienda la Constitución con lo que se resuelva", remarcó.
"La paridad es un techo"
Respecto a los posibles incentivos a mujeres para participar en el proceso constituyente, Brahm consideró que establecerlos antes de la convención podrían llegar a limitar su inclusión en la asamblea final.
"Tengo más dudas respecto de establecer por ley o a través de la Constitución este derecho de paridad, porque a mí me parece que la paridad es, para las mujeres, un techo", señaló.
La autoridad recordó que en años anteriores la participación de los hombres ha superado la mitad del total, llegando incluso al 90 por ciento, "y las mujeres luchando por la paridad estamos aspirando solo a un 50, y esa aspiración me parece poco".
"Nuestra cultura está cambiando, y las mujeres hoy día son reconocidas como que tienen mucho que aportar, entonce quizás de manera espontánea podrían ser más (...) Si quienes van a presentar candidatos para ser parte de los constituyentes se la juegan bien, creo que les va a ir mejor a las mujeres que a los hombres", aseguró la presidenta del TC.
