El empresario defendió el crédito que el Banco de Chile otorgó a la empresa de la nuera de Michelle Bachelet.
De paso, Luksic criticó a la reforma tributaria, calificándola como una "mala reforma".
"No podemos tratar de estar siempre dándole el gusto a todo el mundo", dijo.
El empresario Andrónico Luksic defendió el préstamo de 6.500 millones de pesos otorgado por el Banco de Chile a la empresa Caval, propiedad de Natalia Compagnon, nuera de la Presidenta Michelle Bachelet.
Al ser consultado sobre el tema tras la junta de accionistas de Quiñenco, Luksic indicó que "esto lo he declarado al fiscal de Rancagua, mi declaración es pública, le contesté a la comisión investigadora de la Cámara de Diputados y creo que las respuestas están ahí".
"No me pidan que les cuente algo que no pasó o que no fue. El crédito siguió una línea como siguen muchos créditos en el Banco de Chile, efectivamente tenía poco patrimonio esta compañía pero tenía una muy buena garantía", añadió.
"Encuentro lamentable que muchas personas sigan diciendo que el crédito fue sin garantía, pero no voy a seguir en esta línea. La verdad es que el caso sigue abierto y no corresponde que lo sigamos discutiendo mientras la Fiscalía y los tribunales emitan su opinión definitiva", recalcó.
Al respecto, el abogado querellante en el caso Caval, Mario Zumelzu, comentó en Cooperativa que "nadie ha dicho que no había garantía. Lo que se ha dicho es que no había flujo y que la garantía era insuficiente. Lo más importante y lo más demostrativo: ¿Cuántos créditos en condiciones similares ha ortigado en Banco Chile? Le puedo asegurar que ninguno".
"Acá se tuvieron en vista otras circunstancias para el otorgamiento de ese crédito, no las normales que son el flujo y la garantía", añadió.
Mala reforma
Por otra parte, Luksic también se refirió a la reforma tributaria, indicando que "no fue una buena reforma y lamento que todos los partidos hayan votado. Cuando las reformas no son buenas es importante que la oposición tome una posición como debe ser y es un sí o un no".
"Si son buenas son buenas, si son malas son malas. No podemos tratar de estar siempre dándole el gusto a todo el mundo", continuó.
"Creo que lo más importante es que tratemos de parar esta escalada tan tremenda de descalificarnos, de que lo que decimos tiene una segunda intención, hay un sesgo permanente para mirar a la otra persona en términos políticos", aseveró el empresario.
