Dos años y medio después de la caída del Hércules C-130, las familias de las víctimas siguen esperando respuestas.
El Juzgado de Garantía de Punta Arenas (Región de Magallanes) autorizó el acceso a los informes reservados de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) a los querellantes por el caso del accidente fatal del Hércules C-130 registrado el 9 de diciembre de 2019 en el Mar de Drake.
El tribunal zanjó la decisión en una audiencia realizada a petición de la Fiscalía.
El abogado representante de familiares de 26 víctimas de la tragedia aérea, Maximiliano Delgado, dijo en la instancia que debiese existir "el máximo interés en que se esclarezca" el caso, al ser "un deber del Estado", según informó El Mercurio.
Además, enfatizó que la FACh "debe entregar los antecedentes para que otros especialistas puedan explicar por qué el Hércules C-130 colapsó", debido a que la institución alega que son "secreto militar".
En la audiencia, que se extendió por más de dos horas, por primera vez asistieron abogados de la Fuerza Aérea (tres profesionales), junto con el representante del Consejo de Defensa del Estado (CDE).
A petición del CDE y Carola Fernández, abogada de la FACh, la instancia incluyó un espacio sin público. "Vamos a ventilar cuestiones que dicen relación con la seguridad nacional", dijo la defensora, enfatizando que la institución "es un tercero ajeno, no es interviniente".
En tanto, el abogado querellante Alfredo Morgado cuestionó que cada vez que se suman nuevos antecedentes en la investigación se tenga que judicializar para tener acceso.
A la fecha, la investigación de la Fiscalía mantiene su carácter de desformalizada y cuenta con más de una decena de querellas de los familiares de las víctimas. Mientras que el sumario interno ordenado por la FACh tras el accidente fue cerrado sin responsables y sin aclarar lo que generó la tragedia.
El avión Hércules C-130, que trasladaba personal que iba a hacer tareas de mantenimiento en la base de la Antártida, despegó a las 16.55 hora local en Punta Arenas y perdió el contacto a una hora del aterrizaje.
El siniestro, la peor tragedia aérea en Chile desde 2011, tuvo en vilo a todo el país, que estuvo pendiente durante días de la búsqueda de los 38 pasajeros perdidos que el día 12 de diciembre, tras hallar los primeros restos humanos en el mar, las autoridades dieron por fallecidos.
Entre los pasajeros se encontraban 32 militares de las FACh, tres miembros del Ejército y tres civiles, de los cuales dos eran trabajadores de la empresa de ingeniería Inproser y otro era estudiante de la Universidad de Magallanes.
