Familia será indemnizada por secuelas de accidente cerebrovascular no diagnosticado a madre

Publicado:
| Periodista Digital: Cooperativa.cl

El Sexto Juzgado Civil de Santiago ordenó al Fisco pagar 80 millones de pesos a los familiares de Débora Quinteros por esta negligencia del Hospital Militar en 2016.

Si bien el personal de Urgencia le diagnosticó el accidente, el neurólogo que la atendió insistió en negarlo y la envió a su casa, donde su condición siguió deteriorándose.

A pesar de estar conformes porque se consignó la falta de servicio, recurrirán ante la Corte de Apelaciones, al considerar insuficientes los montos.

Familia será indemnizada por secuelas de accidente cerebrovascular no diagnosticado a madre
 ATON (Archivo)

Un neurólogo del Hospital Militar incluso desestimó una radiografía que mostraba que Débora Quinteros cursaba un ACV, diagnosticándola en cambio con un “síndrome conversivo”

Llévatelo:

El Sexto Juzgado Civil de Santiago ordenó al Fisco pagar una indemnización de 80 millones de pesos a una familia por los daños neurológicos padecidos por la madre del grupo familiar, quien sufrió un accidente cerebrovascular en 2016 que no le fue oportunamente diagnosticado en el Hospital Militar.

La resolución establece una falta de servicio a raíz de un diagnóstico errado y falta de tratamiento oportuno del neurólogo de turno en el recinto, al consignarse expresamente "un proceder negligente del Servicio de Urgencia del Hospital Militar de Santiago, el 9 de abril de 2016, en la atención prestada a Débora Quinteros, de entonces 35 años".

De acuerdo a los antecedentes del caso, al ingresar cursando un accidente vascular isquémico (ACV), dicho diagnóstico fue desestimado por el especialista una vez que examinó a la paciente, aseverando en cambio que padecía de un "síndrome conversivo".

Por lo demás, el neurólogo lo determinó a pesar de que los exámenes que se le realizaron para confirmar o descartar su hallazgo, que consistían en imágenes y el propio informe del radiólogo, mostraban que se trató de un ACV.

Según recuerda la familia, ese día Débora despertó sintiéndose muy débil, con problemas para hablar y una súbita parálisis facial, por lo que su marido la acompañó a atenderse en el Hospital Militar, lugar en que ella además trabajaba.

Si bien inicialmente el personal de Urgencias le diagnosticó el ACV, el neurólogo insistió en negar aquello, y finalmente la envió de vuelta a su domicilio. Al día siguiente la condición de Débora se había deteriorado aún más.

FAMILIA RECURRIRÁ ANTE LA CORTE DE APELACIONES

El abogado querellante, Mauricio Godoy, señaló a Cooperativa que están conformes con parte del resultado, "porque esto es un arduo trabajo de muchos años, y un tránsito difícil para la familia lograr que los tribunales establezcan la existencia de una negligencia médica. Eso es muy difícil, y lo hemos conseguido".

"Pero al mismo tiempo, hay un dejo de insatisfacción, porque realmente parece insuficiente y hasta un poquito absurdo pensar que una familia que ha sufrido una negligencia médica de esta entidad, donde la madre y esposa quedó realmente incapacitada, y declarada inválida por la misma institución que le ocasionó la negligencia, sea resarcido a sus hijos con cinco millones de pesos el dolor y todos los padecimientos que han sufrido en este tiempo, y lo que se viene a futuro", expresó.

Por lo mismo, el jurista anticipó que recurrirán ante la Corte de Apelaciones, porque aunque la sentencia confirma la falta de servicio del recinto, los montos indemnizatorios son insuficientes para la familia.

ESPOSO DE DÉBORA: "NOS GOLPEÓ EL ALMA"

"Nos pone muy tristes, porque es una batalla larga y difícil todo lo que nos sucedió. El fallo es muy positivo porque nos trae aliento a la familia, esperanza, pero no así el beneficio que esperábamos", cuestionó el esposo de Débora, Exequiel Cabrera.

Su cónyuge señaló que después del accidente, "partiendo por mis hijos, este es un desmedro importante: Débora era un pilar en nuestra casa, mis hijos han tenido que madurar antes de tiempo".

"Mi suegra ha tenido que despojarse de sus propios asuntos personales, prácticamente postergar su vida por ayudarnos a sacar adelante la casa y a atender a Débora. Ella tiene que estar las 24 horas con los ojos ahí pendientes. Alguien siempre tiene que estar con ella, y eso nos significa un agotamiento permanente que es muy complicado. Este asunto nos golpeó al alma".

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