La ciudad celebró el Día Internacional para la Reducción de los Desastres.
El alcalde Álvaro Ortiz destacó la necesidad de trabajar en la mejora de las construcciones.
"Las futuras generaciones tienen que aprender de los errores cometidos para que nunca más tengamos que lamentar la pérdida de vidas", dijo el alcalde Ortiz.
El Día Internacional para la Reducción de los Desastres fue celebrado este domingo en Concepción con el descubrimiento de una placa instalada en un trozo de los escombros del emblemático edificio Alto Río, que se desplomó durante el terremoto del 27 de febrero de 2010.
La donación fue realizada por la Fundación Alto Río, que reúne a profesionales del área de la psicología, arquitectura, ingeniería comercial y pedagogía que promueven la autogestión ciudadana en temas vinculados con la preparación, prevención y mitigación del impacto provocado por los desastres naturales.
A nombre de la ciudad el alcalde Álvaro Ortiz agradeció el gesto y destacó que "nuestra ciudad, nuestros vecinos y particularmente las futuras generaciones tienen que aprender de los errores cometidos, para que nunca más tengamos que lamentar la pérdida de vidas".
El edil agregó que es preciso asumir que se está en una lugar sísmico, por lo que se debe trabajar para que las construcciones "soporten los embates de la naturaleza".
Resiliencia penquista
Durante la ceremonia también se informó a los habitantes la noticia respecto a la labor que realizarán los dos especialistas de la Consultora Arup - International Development (Arup ID) quienes arribaron a la región para llevar a cabo una serie de consultas públicas sobre el tema de la resiliencia de las ciudades, en un proyecto financiado por la Fundación Rockefeller.
El estudio seleccionó a siete ciudades del mundo que han vivido experiencias importantes en términos de crisis y desastres como Cali, Colombia, Ciudad del Cabo, Sudáfrica Concepción/Talcahuano, Chile, Nairobi, Kenia, Nueva Orleans, EE.UU., Semarang, y Surat, India.
La investigación tiene como objetivo examinar y comprender la resistencia de las localidades y saber cómo en la práctica la ciudad y sus habitantes continúan realizando las funciones esenciales para el bienestar humano y la prosperidad económica en momentos de shock o estrés.
Para esto, se tendrán reuniones con los líderes municipales, la comunidad empresarial y la sociedad civil acerca de sus experiencias y expectativas durante situaciones complejas como crisis económicas, brote de enfermedades o algún fenómeno meteorológico.
