Los datos obtenidos a través de una encuesta de MORI revelaron, además, un aumento en el número de personas que se declara no religiosa, aunque la figura de Dios sigue siendo importante.
La religiosidad de los chilenos ha disminuido desde 77 por ciento de la población que se declaraba creyente en 1990, a 63 por ciento este año, según un estudio difundido este jueves en Santiago por el centro de estudios Market & Opinion Research International (MORI).
En el mismo período, la proporción de chilenos que se declara no religioso ha aumentado desde 20 a 31 por ciento, precisó al entregar los datos Marta Lagos, directora de MORI.
Según Lagos, la sociedad chilena está en un proceso de secularización, en el que disminuye la importancia de la religión en la vida de sus habitantes, aunque no la importancia de la figura de Dios, que en una escala de uno a diez, obtiene 8,7 puntos.
También el estudio mostró un aumento del deseo de que la Iglesia Católica se involucre menos en la vida política y social. Así, el 53 por ciento es favorable a que los líderes religiosos no deben influir en el voto.
En opinión de Marta Lagos, el proceso de secularización y creciente materialismo de la sociedad chilena ha afectado la imagen de las organizaciones religiosas, especialmente del catolicismo, lo que se refleja en las opiniones de los encuestados sobre el papel de la Iglesia en los distintos ámbitos de lo cotidiano.
"La creencia en Dios no se modifica, son las instituciones de Dios, las distintas iglesias, las que están puestas hoy día en el proceso de secularización", señaló Lagos.
Respecto del matrimonio, no obstante, el año 2000 el 31 por ciento de los chilenos pensaba que era una institución anticuada, cifra que se redujo al 27 por ciento, mientras quienes opinan lo contrario aumentaron del 67 al 69 por ciento.
También disminuyeron desde un 83 a 75 por ciento quienes opinan que un niño necesita un hogar con ambos padres y se mantuvo en 73 por ciento la proporción de quienes aprueban que una mujer soltera tenga hijos sin mantener una relación estable de pareja.
Para el arzobispo auxiliar de Santiago, Andrés Arteaga, el aumento de la secularización tiene su origen en el descrédito de algunas iglesias y en actitudes como el materialismo y el consumismo.
Además, señaló que el proceso de secularización es esperable en estos tiempos y es una crítica a la forma de actuar de la iglesia.
En tanto, Marta Lagos afirmó que la mayor parte de los cambios ocurrieron a principios de los años 90 con la llegada de la democracia.
De acuerdo al estudio, Chile sigue la senda de los países desarrollado donde existe una fuerte secularización y liberalización, en una línea opuesta a lo que sucede en América Latina donde los países se han desarrollado sin dejar de proteger su cultura religiosa.
El estudio se desarrolló entre el 14 y el 24 de julio pasado, sobre una muestra de mil entrevistas a personas de entre 18 y 80 años, residentes en ciudades de más de 40 mil habitantes situadas entre las regiones de Tarapacá y Los Lagos, representativa del 70 por ciento de la población, con un margen de error del tres por ciento. (Cooperativa.cl/EFE)
