Ecuador inauguró biblioteca pública construida con materiales reciclados
Fue emplazada en Quito y bautizada con el nombre del científico Misael Acosta Solís.
Su arquitecto describió la edificación como "arquitectura de vanguardia".
Fue emplazada en Quito y bautizada con el nombre del científico Misael Acosta Solís.
Su arquitecto describió la edificación como "arquitectura de vanguardia".
Trozos de metales desechados, paneles hechos con material de envases de alimentos utilizados y madera reciclada de construcciones remodeladas son algunos de los artículos utilizados en una biblioteca pública que inauguró este miércoles Ecuador en su empeño por preservar el medio ambiente.
Se trata de la biblioteca que lleva el nombre del destacado científico ecuatoriano Misael Acosta Solís (1910-1994), que en cincuenta metros cuadrados extiende el concepto de conservación en cada rincón pues está construida "con materiales cien por ciento reciclables", según el Ministerio del Ambiente.
Todo comenzó por una bola de papel desechada. "Nace de una inconsciencia del ser humano en repartir papeles volantes", dijo Rafael Carrasco, el arquitecto encargado de la obra.
Añadió que se botan "millones y millones de árboles para producir papel y un acto inconsciente del ser humano está acabando con esos recursos".
"De ahí nace ese concepto, de la bolita de papel nace la biblioteca, que es como arrugada, es la sensación de que es una bolita de papel que se metió dentro del 'hall' de entrada del Ministerio", comentó al informar sobre la ubicación de la construcción.
Menos costos más innovación
La idea es "tratar de que no sólo la información tenga la conciencia ambiental sino que ya el espacio arquitectónico, la biblioteca, tenga esa conciencia", señaló al definir al estilo de la edificación como "arquitectura de vanguardia, innovadora".
Dos meses y medio duró la investigación, diseño y construcción de la biblioteca, situada en Quito, y en ella se invirtieron 20.000 dólares (poco más de nueve millones de pesos), comentó Carrasco.