La paciente a la que la prensa francesa identificó como Isabelle D. pidió a los medios que la dejen vivir "en serenidad" el período de recuperación tras la cirugía que busca reparar su cara tras el ataque de su perro.
La mujer de 38 años sometida al primer trasplante parcial de cara dijo sentirse "muy bien" tras la operación y pidió a la prensa que la deje tranquila, en sus primeras declaraciones publicadas por el diario Libération.
"Me siento muy bien (...) Todo va bien, pero me gustaría enviar un mensaje: acabo de ser operada y es saludable para mi vivir este momento en serenidad", subrayó esta francesa que perdió el mentón, los labios y una parte de la nariz al ser mordida por su perro.
En este momento, la mujer, a la que identifican como Isabelle D., dijo sentirse "atropellada" por la presión mediática generada por el interés mundial que ha suscitado su caso, al convertirse en la primera persona que recibe un trasplante parcial de rostro.
"Quiero también que dejen a mi familia fuera de todo esto", añadió en una breve entrevista telefónica en la que aprovechó para dar las gracias a todo el equipo médico.
Imágenes tomadas durante la intervención quirúrgica, que duró 18 horas y se efectuó el último fin de semana de noviembre pasado, aparecieron publicadas este miércoles en la revista Paris-Macth, que titula en su portada: "La mujer de las dos caras".
El realizador inglés Mickael Hughes, que filmó toda la intervención, afirmó que "estéticamente, el resultado es extraordinario, sobrepasa el entendimiento", en una pequeña entrevista que publica también Le Parisien.
"Yo no hablaría de un momento de magia. Era una cumbre de rigor, un trabajo de ultra-precisión efectuado por un equipo unido: la persona adecuada estaba en el sitio adecuado, una conjunción de especialistas en la cúspide de su arte", destacó Hughes, al definir el trabajo efectuado por una cincuentena de personas, entre ellos 11 cirujanos.
El realizador, que vio a la mujer después de la intervención, confirmó que "va bien" y que la primera palabra que pronunció cuando se despertó y vio su cara fue "gracias", "pero su gesto está aún fijo. Ahora, debe aprender de nuevo a sonreír".
En una rueda de prensa el jueves pasado, los máximos responsables de esta intervención inédita, los cirujanos Bernard Devauchelle y Jean-Michel Dubernard, se mostraron muy satisfechos del resultado, pero cautos, pues existen riesgos médicos (como rechazo del implante) y sicológicos, pues la paciente debe asumir su nuevo rostro.
La sospecha de que Isabelle D. atravesase una depresión en el momento del accidente, en mayo pasado, después de que su hija afirmase que su madre había intentado suicidarse, aunque esto fue desmentido más tarde por Dubernard, suscitó criticas de la comunidad científica en caso de que sea cierto, pues temen que una persona sicológicamente frágil no pueda hacer frente a algo así.
El origen del trasplante también generó polémica, pues en Francia sólo trascendió que pertenece a una mujer donante de órganos de aproximadamente la misma edad y con la misma textura de piel, pero la prensa británica llegó a desvelar su identidad y afirmar que estaba en fase de muerte cerebral tras ahorcarse.
El hecho de que el profesor Dubernard, el primer cirujano en llevar a cabo un implante de mano en 1998 y de las dos en 2000, sea de la gobernante UMP hace sospechar a algunos que pudo beneficiarse de apoyos políticos para que las autoridades competentes diesen luz verde a esta intervención, cuyo costo se calcula que ronda el millón de euros (cerca de 600 millones de pesos).
La difusión de las imágenes de la operación las gestiona una agencia privada, que revierte parte de las ganancias a la paciente. (EFE)
