Desde lo religioso hasta lo económico: Cómo se adapta la comunidad aymara de Arica y Parinacota al Covid-19

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Autor: Cooperativa.cl

Gran parte de la población de Arica y Parinacota es aymara, quienes este año no han podido celebrar sus festividades producto de la pandemia.

En el interior, el principal problema es la imposibilidad de abastecerse en centros urbanos, debido a los cordones sanitarios.

Desde lo religioso hasta lo económico: Cómo se adapta la comunidad aymara de Arica y Parinacota al Covid-19
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Las tradicionales Cruces de Mayo o la víspera al Machaq Mara, son algunas de las actividades que este año no podrán realizarse.

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Para el Censo del 2017, en Arica y Parinacota había 56.827 personas con sangre aymara (26,27 por ciento de la población). El pueblo originario tiene gran trascendencia en las costumbres y tradiciones de la región, que incluso considera a la whipala, bandera de los pueblos andinos, como uno de los símbolos que mejor reflejan a la población.

La pandemia por Covid-19 ha dejado su huella no sólo en materia sanitaria, económica y social, sino que también en la Cosmovisión andina. Las festividades se han visto coartadas por la necesidad de distanciamiento social, lo que podría extenderse hasta el próximo 21 de junio, cuando el mundo andino celebre el Machaq Mara, el Año Nuevo Aymara.

 

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Un "Yatiri" realiza una pawa tradicional en el marco del Machaq Mara.

La periodista aymara, Leyla Noriega, indicó a Cooperativa Regiones que, hacia el interior de Arica y Parinacota, el aislamiento de muchas localidades ha sido fundamental para que la pandemia no salga de la comuna de Arica. Sin embargo, la imposibilidad de abastecimiento tras los controles sanitarios, ha generado uno de los principales problemas en sectores cordilleranos.

"Muchos pueblos y comunidades hicieron sus propios cordones sanitarios como hizo el alcalde de Camarones. Lo que él hizo es lo que estaban haciendo muchas localidades de forma autónoma, no permitir la entrada a gente ajena, porque al principio de la pandemia seguían subiendo vans con turistas. Lo que más preocupó a la comunidad fue que hubiese subida y bajada de gente".

Celebraciones íntimas

Tras el llamado del Gobierno a no pasar la cuarentena en segundas viviendas, muchos de los habitantes del interior que trabajan en Arica, subieron a sus localidades antes de los cierres carreteros. En dichos sectores, de manera voluntaria se decidió no llevar a cabo festividades ni ceremonias como las Cruces de Mayo, así como también toda reunión o fiestas religiosas.

"Si hubo algunas celebraciones, estas fueron de índole familiar, muy reservadas entre quienes se encontraban allá (en los pueblos). No hubo fiestas ni comilonas. También hubo unos pachallampe que es la época de sacar papas ya que vienen las heladas. Esta es la época de hacer chuño, algo que también se hace de forma comunitaria, pero esta vez sólo se ha realizado con la gente que está arriba", expresó Noriega.

Para estas fechas, los números en la población flotante de pueblos como Putre, Socoroma y Ticnamar se ven incrementados precisamente por aymaras que residen en Arica y que retornan a sus tierras para celebrar las fiestas. Este año, dicha situación no ocurrió, debido a los controles sanitarios establecidos desde el comienzo de la emergencia.

 

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Este año, las Cruces de Mayo no pudieron recorrer las calles de la región.

La delegada del Consejo Nacional Aymara, Delia Condori, comentó a Cooperativa que, en varias localidades, los párrocos decidieron realizar las misas vía electrónica, dejando de lado tradiciones como las procesiones, la subida a los cerros sagrados y las Cruces.

Si en antaño eran cientos las personas que acompañaban al mayordomo y alféreces hasta la cima del cerro, este año los hombres y mujeres a cargo de la fiesta tuvieron que celebrar solos, acompañados netamente de sus familiares más cercanos.

"Las familias aymaras son muy grandes. Uno puede vivir en el poblado y en Arica está el resto de la gente. Suben y bajan y ahora, con esta situación, esto ya no se da. La vida familiar de nuestras personas se ha visto afectada porque uno no está viendo a sus familias".

Pero no sólo las tradiciones se han visto golpeadas. El bolsillo de las comunidades del interior ha sufrido ante el nulo progreso del turismo, fundamental para las cientos de familias que habitan los pueblos del interior de la región.

"Los restoranes no pueden atender, los hoteles no están recibiendo pasajeros. La situación económica, que en gran porcentaje está ligada al turismo, está muy afectada. También el comercio local porque ya no hay tanto tránsito de personas, personas del Estado trabajando a media máquina con la mitad en Arica y la otra acá, por eso estamos solicitando que no se hagan esos cambios para que todos se queden aquí", indicó Condori.

Ayuda a los más afectados

Desde la Corporación Nacional Indígena (Conadi) comparten estas preocupaciones. El director regional de Arica, Emiliano García, indicó que una de las principales tareas ha sido la distribución de cajas de mercadería a las familias que no pueden bajar a la ciudad para abastecerse, quienes deben hacer el mercado mensual para soportar todo un mes de trabajo en el altiplano.

"Hemos entregado a nuestros sectores rurales, a través de los alcaldes, 700 cajas de alimento para ser distribuidas a las familias indígenas de las localidades. El no poder desplazarse a los centros urbanos para su provisión de mercadería u otros, es donde hemos apoyado al repartir las cajas familiares necesarias. Estamos preparando una segunda partida, también dirigida a las comunidades de desarrollo Alto Andino como Putre, General Lagos y la parte alta de Camarones", indicó.

Las causas de la amenaza del Covid-19 a los pueblos originarios

Natalia Caniguan, directora del Instituto de Estudios Indígenas e Interculturales (IEII) de la Universidad de La Frontera (UFRO), explicó por qué las comunidades indígenas se ven tan afectadas por la pandemia del Covid-19.

"En general, los pueblos originarios en Chile mantienen las mayores tasas de vulnerabilidad a nivel país. No obstante, dentro de los pueblos -específicamente el pueblo mapuche- se coentran las mayores tasas de ruralidad", señaló la experta.

"Tienen un promedio de 35 por ciento de pobreza, que, si incluso si se mide por pobreza multidimensional, puede subir hasta el 50 por ciento, lo que claramente incide en cómo se puede desarrollar una enfermedad como esta", agregó la académica.

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