El país galo publicó el decreto que desde el 1 de febrero prohíbe fumar en todos los espacios públicos cerrados como edificios o transportes.
El Gobierno francés publicó este jueves en el Diario Oficial el decreto que generalizará la prohibición de fumar en todos los espacios públicos cerrados desde febrero próximo, con un periodo de adaptación hasta 2008 para ciertos establecimientos, como bares y restaurantes.
El decreto termina con las ambigüedades contenidas en la normativa en vigor que databa de 1991, y que de hecho era poco respetada, y da poco espacio a las excepciones.
Desde el 1 de febrero no se podrá fumar en los espacios públicos cubiertos, sean edificios públicos, transportes públicos o centros de trabajo, pero tampoco en espacios abiertos de organismos para menores, como los recreos de colegios al aire libre.
El Ejecutivo galo permitirá que las empresas creen "salas cerradas", con un sistema de ventilación, en las que se podrá fumar pero a condición de que en ellas no se preste ningún servicio y que su superficie no pase de 35 metros cuadrados.
No será posible crearlas ni en hospitales, ni en centros escolares ni en las administraciones públicas, porque como dijo el ministro de Salud, Xavier Bertrand, "el Estado puede y debe ser ejemplar".
Las presiones de algunos sectores hoteleros llevaron al Gobierno a autorizar un plazo de adaptación de 10 meses suplementarios, hasta comienzos de 2008, a los establecimientos donde se sirven bebidas.
Están incluidos los bares, restaurantes, cafés, casinos, círculos de juego, estancos, discotecas u hoteles.
El ministro precisó que el Ejecutivo llegó a un acuerdo con los directores de residencias de jubilados para que no haya "fumaderos" en ese tipo de establecimientos y para prohibir a sus habitantes que fumen en la cama.
Clientes de hoteles, presos y jubilados residentes -aunque estos últimos nunca, pues, en su cama-, podrán seguir fumando en sus respectivos espacios privados.
Encender un cigarrillo seguirá siendo posible, igualmente, en las estaciones de trenes situadas al aire libre, precisó Xavier Bertrand.
Las multas
El principal dispositivo de represión del decreto es la amenaza de una multa de 68 euros (más de 46 mil pesos) a las personas que fumen en lugares no autorizados, que se elevará a 135 euros (más de 91 mil pesos) para los responsables de dichos establecimientos que permitan la comisión de infracciones.
El Ejecutivo galo ha justificado el decreto sobre todo para la protección de los fumadores pasivos -las personas que reciben el humo ajeno- y dentro de su campaña de lucha contra el cáncer.
Cada año mueren en Francia unas 66.000 personas por el tabaco, de las cuales unas 6.000 por tragarse el humo de los demás.
Para ayudar a las personas que quieran dejar de fumar, el Estado prevé una partida de 100 millones de euros, esencialmente a la financiación de un tercio del costo de los tratamientos para romper con el hábito, así como al aumento de las consultas de especialistas en desintoxicación. (EFE)
