La Comisión Federal de Comercio (CFC) de EE.UU. comenzó a examinar documentos internos de Facebook donde la compañía reconoció los efectos dañinos sobre sus usuarios, según una publicación en exclusiva del diario The Wall Street Journal (WSJ) este miércoles.
El órgano de regulación gubernamental, según su investigación interna, cree que la compañía tiene constancia de que los algoritmos usados en sus cuentas "fomentan la discordia" entre usuarios y que la aplicación de Instagram (parte del conglomerado de Facebook) es dañina para un número considerable de usuarios, principalmente adolescentes.
Si esto se corrobora significaría que Facebook violó deliberadamente un acuerdo de 2019 con la CFC que le costó una multa de 5.000 millones de dólares (4.026.829 en pesos chileno) por indebida protección a la intimidad.
FACEBOOK, "LISTA DE RESPONDER"
La compañía emitió un comunicado en el que no confirma explícitamente que es investigada pero dice "estar lista para responder a las preguntas de los reguladores y continuar cooperando con las pesquisas del gobierno", mientras que la CFC aun no se pronuncia.
El senador Richard Blumenthal, presidente del subcomité de protección al consumidor en el Senado, dijo al diario que a la CFC le preocupa que Facebook pudo retener a propósito información sobre su investigación interna, algo que ser verdadero -dijo- supone que "la CFC debería estar muy enfadada".
Blumenthal aseguró que él y la senadora Marsha Blackburn ya le preguntaron en agosto a Facebook sobre los efectos de su plataforma en los niños, pero la compañía "eludió" sus preguntas.
La empresa fundada por Mark Zuckerberg lleva varias semanas en el ojo del huracán después de que el WSJ revelara en septiembre una serie de malas prácticas relacionadas sobre todo con la desprotección de sus usuarios menores de edad y con el tratamiento que hacen con los discursos de odio.
La presión se redobló después de que la fuente principal del WSJ, una exempleada de Facebook llamada Frances Haugen, declarara ante un subcomité del Senado que la compañía antepone los beneficios comerciales a cualquier otra consideración sobre la seguridad de sus usuarios.
