La columna de Rodrigo Goldberg: Vuelta a la realidad

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El comentarista de Al Aire Libre entregó su opinión a un día del regreso del Campeonato Nacional.

La columna de Rodrigo Goldberg: Vuelta a la realidad
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Por Rodrigo Goldberg, @polaco_goldberg

Cuando vuelve el fútbol también vuelven las promesas. Esas que hablan de tomarse en serio "todos los frentes" (suena grandilocuente). Pero la experiencia nos ha enseñado, demostrado y recalcado que la realidad es algo diferente. Una cosa es "tomarse en serio" y otra muy distinta es "competir en serio". Y de esto último hemos visto poco y nada, porque además de los sanos y sinceros deseos no hay detrás una real intención de hacerlo.

Y ojo. No se trata sólo de la cantidad a invertir, también la inteligencia y la consecuencia con la que se gasta.

Para muestra un botón. Universidad de Chile se gastó diez millones de dólares de la mano de Becaccece y ya sabemos cómo terminó la historia.

Por tanto el tema no es solamente la gestión del presupuesto, sino también el proyecto que lo sustenta. Y eso es precisamente lo que se extraña. Salvo la UC, que tiene una política enfocada en inferiores muy clara y exitosa, el resto transita entre la cómoda austeridad y la gestión de las circunstancias.

Es decir, más que proyectar es administrar la realidad.

Que los dos equipos más grandes contraten por tincada y oportunidad antes que por necesidad dice algo.

Colo Colo se deshizo de dos delanteros (Octavio Rivero y Nicolás Orellana) y sólo contrata a Lucas Barrios, teniendo ya un '9' de área como Esteban Paredes. Que este último pueda jugar más retrasado no es más que un acomodo de la situación. Que haya llegado Esteban Pavez teniendo ya tres volantes defensivos suena exagerado. Estaba disponible, pero ¿no era mejor buscar más delanteros?

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Extraño que no haya contratado especialistas por fuera considerando que fue el fútbol que mostró Tapia en su primera pasada por los albos.

Entiendo las restricciones presupuestarias que tienen los equipos. Entiendo también que hay un tema de cupos que no se pueden liberar tan fácilmente. Pero me siguen preocupando las miradas cortoplacistas que nos han llevado a una debacle a nivel internacional. La escasa (o nula) proyección sólo apunta a dos objetivos. Salvar decentemente el año y, ojalá, clasificar a un torneo internacional. Con eso se salva el honor y se recibe un generoso cheque por parte de la Conmebol. De ahí en adelante da casi lo mismo, la declaración común es "llegar lo más lejos posible", es decir, todo es ganancia.

Las grandes luminarias se apagan y volvemos a lo nuestro. Nos deslumbramos con un mes de Mundial prometiéndonos aprender de los mejores y replicar los ejemplos.

Pero no hay caso. Los esfuerzos chocan con la suficiencia y los topes que los mismos clubes se han puesto en la ANFP. La meta sigue siendo clasificar a un torneo internacional, pero no necesariamente para jugarlo, sino para estar. Con eso basta.

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