Esto poco antes de que venciese el ultimátum dado por los países vecinos de la nación africana.
Ambas partes quieren iniciar conversaciones de paz.
El texto, en el que no se habla de plazos, insta a todos los grupos involucrados en los combates a dejar las armas.
El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, y el líder rebelde, Riek Machar, acordaron este martes un alto el fuego, poco antes de que venciese el ultimátum dado por los países vecinos de la nación africana.
Ambas partes quieren iniciar conversaciones de paz, informó desde Kenia la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD), una organización regional creada en 1996 para enfrenar conjuntamente problemas en el Cuerno de África.
El enviado especial de la IGAD a Sudán del Sur, el general Lazaro Sumbeiywo, felicitó a Kiir y Machar por dar este paso.
"Las conversaciones se centrarán en un alto el fuego vigilado y seguido por un diálogo destinado a resolver los problemas políticos subyacentes que desembocaron en la actual confrontación", afirma un comunicado del gobierno keniata que cita a Sumbeiywo.
El texto, en el que no se habla de plazos, insta a todos los grupos involucrados en los combates a dejar las armas.
Poco antes de acordarse el alto el fuego, Machar reconoció que sus seguidores atacaron y controlan ahora la estratégica ciudad de Bor, en la provincia de Jonglei, aunque negó las acusaciones del presidente, Salva Kiir, de pretender derrocarlo.
Bor ya fue tomada por un breve periodo de tiempo por las fuerzas rebeldes a comienzos de diciembre antes de que el gobierno recuperara el control. La organización Médicos sin Fronteras ha advertido que la situación en la zona es alarmante. Miles de personas perdieron la vida en la región y 70.000 tuvieron que huir, afirmó la organización.
Machar fue vicepresidente de Kiir, quien lo destituyó en julio. Tras ello se inició una lucha de poder que desembocó a mediados de diciembre en combates entre el Ejército y las fuerzas rebeldes de Machar. Los enfrentamientos se extendieron a seis de los 10 estados del país más joven del mundo, dejando ya cientos de muertos y 120.000 desplazados.
Machar pertenece a la etnia Nuer y Kiir a los Dinka, grupos étnicos enemistados dese hace tiempo, por lo que se temía que el conflicto pudiera alcanzar una dimensión aún mayor.
