La acción fue decretada por el gobierno de Temer a mediados de febrero ante la ola de violencia.
ONG responsabilizó a "las políticas de guerra contra las drogas y los enfrentamientos como método de seguridad pública".
Un total de 916 personas murieron en acciones que involucraron a la policía y otras 2.989 fallecieron en homicidios dolosos, durante los ochos meses de intervención de la seguridad pública en Río de Janeiro, la ciudad más emblemática de Brasil, según informe divulgado este lunes por una ONG.
Las muertes de miembros de la Policía y el Ejército durante el período en que ha sido implementada la intervención, también fueron retomadas en el informe, según el cual 74 agentes han fallecido entre febrero y octubre de 2018.
"Las políticas de guerra contra las drogas y los enfrentamientos como método de seguridad pública son responsables por los inaceptables números de Río de janeiro: además de las muertes de civiles y militares, casi mil muertes de civiles por acción policial", aseguró el informe de la ONG.
Los datos se recogen en un informe divulgado este martes por el Observatorio de la Intervención del Centro de Estudios de Seguridad y Ciudadanía de la Universidad brasileña Cándido Mendes, a través de las redes sociales.
El pasado 16 de febrero el presidente de Brasil, Michel Temer, decretó la intervención de la seguridad pública en Río para enfrentar la crisis de violencia que se desató desde los Juegos Olímpicos en 2016, medida que dejó en manos del Ejército el control del orden público en todo el estado.
Desde entonces, la crisis de seguridad no se ha podido atenuar y el número de muertes y de tiroteos llegó a 6.655 durante estos ocho meses.
De acuerdo con el estudio, del total de las muertes ocurridas en los ocho meses de intervención, 172 han ocurrido en alguno de los 553 operativos que ha adelantado el Ejército en Río.
Sin embargo, en esos operativos el Ejército se ha incautado de 617 armas, lo que supone poco más de una por cada acción que han realizado los militares.
Según el informe de la ONG, de los 74 agentes muertos, entre policías y militares, el 27 por ciento de las víctimas fallecieron en servicio (en enfrentamiento o por ataques de delincuentes), un 40,5 por ciento murió en situaciones de robos y otro 16 por ciento en alguna pelea, por venganza o por participación en el mundo del crimen.
