Tercera noche de violencia en Sao Paulo elevó a 72 los muertos
La ola de ataques llevada a cabo por una banda en represalia por el traslado de cárcel de sus cabecillas sumó al menos nueve víctimas fatales en rebeliones en dos prisiones brasileñas.
La ola de ataques llevada a cabo por una banda en represalia por el traslado de cárcel de sus cabecillas sumó al menos nueve víctimas fatales en rebeliones en dos prisiones brasileñas.
Más de 40 autobuses y una oficina bancaria fueron incendiados la noche del domingo en el estado brasileño de Sao Paulo, escenario desde hace tres días de una ofensiva del crimen organizado que deja al menos 72 muertos, incluidos algunos presos, según las autoridades.
La ola de violencia, que comenzó la noche del viernes 12 de mayo con ataques a puestos y patrullas de policía, continuó en la madrugada del domingo 14 con más atentados y rebeliones en decenas de cárceles y se reanudó en las últimas horas con la quema de autobuses.
Según la Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo, entre el viernes y el domingo se registraron 115 atentados contra las fuerzas de seguridad.
A los 52 muertos que dejaron los ataques de las primeras dos noches de violencia en el estado más rico y poblado del país, se sumaron el domingo al menos nueve presos que murieron en rebeliones en las cárceles de las ciudades Ribeirao Preto y Sao Sebastián.
Del total de víctimas mortales, 36 eran miembros de las policías Militar y Civil, agentes de la Guardia Civil Metropolitana y guardianes carcelarios, así como dos civiles; y 14 supuestos atacantes que fueron abatidos en la reacción policial, según la Secretaría de Seguridad Pública.
Las autoridades aseguraron que la ola de violencia fue ejecutada por una mafia de presos llamada Primer Comando de la Capital (PCC), como represalia por el cambio de prisión de los cabecillas de esa banda.
El jueves 11 de mayo 765 reclusos fueron trasladados de presidios del interior del estado a dos cárceles de máxima seguridad, una en "Presidente Venceslau", a 620 kilómetros al oeste de Sao Paulo, y la otra en la zona norte de la ciudad homónima.
El PCC, promotor de las principales insurrecciones en cárceles paulistas, coordinó 29 ataques simultáneos el 18 de febrero de 2001, que dejaron 30 muertos, la mayoría miembros de bandas rivales.
El director del Departamento de Investigaciones sobre el Crimen Organizado de la Policía Civil de Sao Paulo, Godofredo Bittencourt, afirmó que la reacción de los organismos de seguridad está surtiendo efecto y que "es cuestión de tiempo" el control de la situación, pero la violencia se reanudó la noche del domingo con la quema de autobuses.
Según el cuerpo de bomberos, desconocidos incendiaron 28 autobuses del servicio público en distintos barrios de la ciudad de Sao Paulo, otros 11 fueron quemados en los vecinos municipios de Sao Bernardo y Diadema, y dos más en Osasco, sin víctimas en ninguno de los casos.
Al mismo tiempo, desconocidos incendiaron una oficina bancaria en Taoboao da Serra, área metropolitana de Sao Paulo, según los bomberos.
Mientras tanto, unas 220 personas permanecen como rehenes de los presos amotinados en 55 cárceles de distintas ciudades del estado de Sao Paulo, en una de las cuales los reclusos lanzaron un colchón en llamas sobre el director, que sufrió quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo.
Durante el fin de semana se registraron 78 motines en cárceles paulistas y en las últimas horas también ocurrieron rebeliones en cuatro prisiones del estado de Mato Grosso do Sul, y en una cárcel de Foz do Iguazú, situada en la triple frontera de Brasil con Argentina y Paraguay.
El domingo por la tarde la policía detuvo a 82 sospechosos de participar en la ofensiva criminal y decomisó 97 armas, la mitad de las cuales estaba en un arsenal descubierto en Sao José dos Campos, 97 kilómetros al noreste de Sao Paulo.
El comandante general de la Policía Militar, coronel Elizeu Eclair Teixeira Borges, admitió que entre los delincuentes que perpetraron los ataques hay presos que recibieron permiso de la justicia para salir de la cárcel durante este fin de semana con motivo del Día de la Madre.
Más de 10.000 presos recibieron ese beneficio de la justicia paulista y Teixeira Borges dijo que entre los delincuentes muertos o heridos en la respuesta policial figuran algunos de los que salieron de la cárcel para pasar el día con sus familias. (EFE)