Equipos de rescate trabajaron por más de 10 horas para sacar al bebé.
El estrecho diámetro del ducto dificultó las labores de los rescatistas.
Los rescatistas trabajaron para sacar al niño desde el pozo.
Equipos de rescate trabajaron por más de 10 horas para rescatar a un niño de dos años que cayó y quedó atrapado a 16 metros de profundidad en un pozo de agua en la ciudad de Roşiorii de Vede, en el distrito de Teleorman, en el sur de Rumania.
Se logró dar con el menor, el que estaba con el agua hasta la cintura, y fue sacado por medio de un sistema de poleas frente a la mirada de sus familiares que esperaban su salida.
Según los antecedentes del caso, una mujer embarazada fue a sacar agua con el niño en brazos, cuando este resbaló y quedó atrapado en el ducto que solo tiene entre 30 a 35 centímetros de diámetro, situación que dificultó las labores de rescate.
Trabajaron en el lugar 10 unidades de bomberos, además de cuatro ambulancias y se traslada a la zona una un equipo especializado de rescate desde Bucarest, la capital rumana, ya que está bajando la luz del día y las condiciones serán más complejas.
El menor no cayó hasta al fondo del pozo, a 25 metros de profundidad, gracias a una bomba de agua que está ubicada a 16 metros, donde se encuentra actualmente.
Personal sanitario de Teleorman trasladó al niño hasta el hospital local para su evaluación.
Los rescatistas instalaron una cámara de video con la cual monitoreaban al menor, además de suministrarle oxigeno y calor al pozo para evitar que el niño sufra hipotermia mientras se desarrollan los trabajos.
A su vez, la madre del niño tuvo que ser internada en un hospital de la localidad de Balta Sărată ya que quedó en estado de shock.
