Benedicto XVI pidió una "salida honrosa" a crisis nuclear y paz para Irak

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Autor: Cooperativa.cl

El Pontífice impartió la tradicional bendición Urbi et Orbi ante más de 150.000 fieles católicos en la plaza de San Pedro del Vaticano.

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Benedicto XVI hizo este domingo un enérgico llamado en favor de la paz en Irak y pidió una "salida honrosa para todos" en la crisis de la energía nuclear que protagoniza Irán, en su Mensaje Pascual.

 

En la plaza de San Pedro del Vaticano y ante más de 150.000 personas, el Pontífice también exigió que se ayude a Africa y condenó los secuestros en América Latina, continente al que deseó una consolidación de la democracia y mejores condiciones de vida.

 

El mensaje, que fue transmitido en directo por 104 estaciones de televisión, de 74 países, concluyó con la tradicional bendición Urbi et Orbi (a la ciudad de Roma y a todo el mundo) en 63 idiomas, entre ellos español.

 

"Les deseo a todos una buena y feliz fiesta de Pascua, con la paz y la alegría, la esperanza y el amor de Jesucristo Resucitado", dijo el Papa en español, en medio de los aplausos de los presentes.

 

En el día en que cumplió 79 años y en la vigilia del primer aniversario de su Pontificado, Joseph Ratzinger ofició como Papa su primera Misa de Resurrección y dijo en su mensaje que el mundo actual está marcado por la inquietud y la incertidumbre, y que los que aún viven bajo las cadena del sufrimiento y la muerte aguardan la esperanza de Cristo resucitado".

 

Benedicto XVI hizo un recorrido por todos los continentes y la palabra que más pronunció fue paz.

 

"Que en Irak prevalezca finalmente la paz sobre la trágica violencia, que continúa causando víctimas despiadadamente", señaló Benedicto XVI, en la misma línea que Juan Pablo II, quien se opuso a la guerra contra ese país, al considerar que sólo dañaba al pueblo ya castigado tras más de una década de embargo económico.

 

Su mirada se detuvo también en Tierra Santa y reiteró la posición oficial de la Santa Sede sobre el derecho de los palestinos a tener un estado independiente y a la seguridad de Israel.

 

"Deseo ardientemente la paz para Tierra Santa. Invito a todos a un diálogo paciente y perseverante que elimine los obstáculos antiguos y nuevos. Que la comunidad internacional, que reafirma el justo derecho de Israel a existir en paz, ayude al pueblo palestino a superar las precarias condiciones en que vive y a construir su futuro encaminándose hacia la constitución de un auténtico y propio Estado", afirmó.

 

Ratzinger tocó otro de los graves problemas que enfrenta el mundo: la crisis de atómica que protagonizan Irán y Norcorea.

 

Sin nombrar al país islámico, Benedicto XVI dijo que "por lo que respecta a las crisis internacionales vinculadas a la energía nuclear, que se llegue a una salida honrosa para todos mediante negociaciones serias y leales".

 

También abogó para que se refuerce en los responsables de Naciones Unidas y de las organizaciones internacionales la voluntad de lograr una convivencia pacífica entre etnias, culturas y religiones, que aleje la amenaza del terrorismo.

 

"Este es el camino de la paz para el bien de toda la humanidad", afirmó el Papa, quien en su discurso no olvidó América Latina, el continente de la esperanza, como le llamó Juan Pablo II, y Africa, donde mueren millones de personas en medio del olvido del mundo.

 

Para América Latino pidió un renovado dinamismo en el compromiso de sus países "para que se mejoren las condiciones de vida de millones de ciudadanos, extirpada la execrable plaga de los secuestros de personas, y consoliden las instituciones democráticas, en espíritu de concordia y de solidaridad activa".

 

Refiriéndose a Africa, pidió "consuelo y seguridad", en especial para Dafur, "que atraviesa una dramática situación humanitaria insostenible"; la región de los Grandes Lagos, "donde muchas heridas aún no han cicatrizado"; el Cuerno de Africa, Costa de Marfil, Uganda, Zimbabwe y otras naciones "que aspiran a la reconciliación, a la justicia y al desarrollo".

 

Antes del mensaje pascual, Benedicto XVI ofició la Misa de Resurrección en la plaza vaticana, adornada con miles de flores multicolores, sobre todo rosas, lirios, margaritas, violetas, tulipanes y narcisos. (EFE)

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