Los principales ejes del proyecto de Michelle Bachelet no concitan el apoyo mayoritario de la población.
Andrés Chadwick (UDI) dice que el sondeo le ha provocado un "infarto" a la iniciativa.
El 57 por ciento de los consultados rechaza la gratuidad general en las universidades y el 52 por ciento está a favor del copago en los colegios.
La Encuesta Nacional de Opinión Pública N°71 del Centro de Estudios Públicos (CEP) reveló que los principales ejes de la reforma educacional propuesta por el Gobierno de Michelle Bachelet aún no concitan el apoyo mayoritario de la ciudadanía.
El sondeo –que le dio al Gobierno un 50 por ciento de respaldo- mostró, por ejemplo, que el 56 por ciento de la población quisiera que los recursos recaudados por la reforma tributaria se destinaran a mejorar la salud, frente al 22 por ciento que puso a educación como la prioridad.
El 52 por ciento se declaró de acuerdo con el copago en la educación particular subvencionada –"es bueno que los padres puedan complementar el subsidio educacional"-, frente a un 37 por ciento cree que "el cobro del copago debería estar prohibido".
El 59 por ciento dijo preferir un colegio subvencionado por sobre uno municipal. El 35 por ciento prefiere un establecimiento municipal.
Contra la integración
En cuanto al lucro, el 49 por ciento dijo aprobarlo en la medida en que esté asociado a educación de calidad, en comparación con un 42 por ciento que lo rechaza.
Respecto de la selección, el 54 por ciento respalda que liceos de excelencia como el Instituto Nacional hagan pruebas de admisión. En 39 por ciento lo desaprueba.
En tanto, el 63 por ciento reconoció que prefiere que sus hijos vayan a colegios "donde los alumnos tengan un nivel socioeconómico parejo y parecido al suyo". Sólo el 30 por ciento preferiría que sus hijos "vayan a un colegio con niveles socioeconómicos bien distintos".
Un 62 por ciento opinó que el Estado debe financiar a todos los establecimientos educacionales, sin importar su tipo, mientras el 29 por ciento opina que deben ser financiados solamente los estatales.
En cuanto a la gratuidad de la educación superior, el 57 por ciento considera que el financiamiento debe ser sólo para las personas con menos recursos. El 38 por ciento piensa que las universidades deben ser gratuitas para todo.
"Infarto"
La difusión de estos resultados desató una serie de reacciones desde la oposición, expresadas primeramente en las redes sociales. Entre ellas la más contundente fue la del ex senador y ex ministro del Interior Andrés Chadwick, actual presidente de la Fundación Avanza Chile, que defiende el "legado" del Gobierno de Sebastián Piñera:
La encuesta CEP le ha provocado un "infarto " al corazón de la Reforma Educacional ...
— Andres Chadwick P (@andreschadwickp) agosto 14, 2014
Se pronunció en la misma red social el senador de Renovación Nacional Andrés Allamand, quien reiteró su llamado a un rediseño "global" de la reforma educacional:
Después de encuesta CEP sólo un gobierno ciego no cambiaría globalmente arquitectura de reforma educacional!
— Andrés Allamand (@allamand) agosto 14, 2014
Gobierno mantiene su "convicción"
En tanto, desde el Palacio de La Moneda, el ministro vocero, Álvaro Elizalde, afirmó que el Gobierno va a "seguir impulsando" la reforma, "que es fundamental para resolver los problemas estructurales de la educación chilena".
"La educación en Chile no es de calidad, segrega, es anticuada, no es una respuesta adecuada para otorgar las debidas herramientas a los niños y los jóvenes para que progresen. Por tanto, vamos a seguir impulsando una reforma estructural, como la que está contenida en las iniciativas que está llevando adelante el Gobierno", dijo Elizalde.
"Nosotros actuamos en base a convicciones y sobre la base de los compromisos adquiridos con la ciudadanía en las urnas", sentenció.
En tanto, el presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, reconoció que las cifras de la encuesta dan cuenta de una "preocupación respecto a las reformas que se están impulsando", lo que atribuyó a que cambios "estructurales generan temor, generan contrafuertes, generan campañas que ponen el acento en la demonización y en la generación de miedos".
Pese a ello, hay "una clara identificación con el Gobierno y con la Presidenta de parte de la ciudadanía (...) En consecuencia, hay que vincular una cosa con la otra, de modo tal que este capital que representa la Presidenta y el Gobierno tiene que volcarse para que a las reformas les vaya mejor", afirmó Andrade, que pidió al oficialismo "trabajar con mayor precisión y fineza".