El abogado socialista señaló que sería "impresentable" que su partido "pasara" y decidiera no tener candidato propio.
Dijo a Cooperativa que "la próxima elección es la más importante desde 1989".
Atria ve "síntomas de una institucionalidad política que está por el suelo en términos de deslegitimación y apreciación ciudadana".
El abogado constitucionalista Fernando Atria, uno de los precandidatos presidenciales del Partido Socialista con miras a las elecciones del próximo año, reiteró en Cooperativa su disposición a competir e hizo un crítico diagnóstico de la manera en la que, hasta ahora, avanza el debate.
Según explicó a El Diario de Cooperativa, su postulación surge de la necesidad de que la discusión sobre la nominación "sea una discusión pública y de ideas", porque hasta el momento "esto está demasiado enfocado en personalismos o resultados que se puedan apreciar en las encuestas".
Consultado sobre la disputa por interna en el PS, Atria afirmó que "la próxima elección es la más importante desde 1989" y, por eso, sería "impresentable que de entrada el Partido Socialista diga: 'Mire, nosotros pasamos, no tenemos candidatos'".
"Otra cosa es que el partido tenga un candidato y que esté dentro del contexto de la Nueva Mayoría. Por eso es fundamental que el partido lleve a alguien de sus filas", dijo el jurista, reprochando que un abanderado externo pueda ser elegido antes presentar una carta propia.
Tras la bajada de la senadora Isabel Allende a finales de octubre, el Partido Socialista se encuentra inserto en un enredado panorama de definiciones entre las opciones de Ricardo Lagos, José Miguel Insulza y Fernando Atria, representante, este último, de la facción de la Izquierda Socialista. Desde el allendismo no han evitado, sin embargo, "coquetear" con Alejandro Guillier.
"Falta de profesionalismo" del Gobierno
Atria también comentó en Cooperativa la contingencia política y opinó que el Gobierno de Michelle Bachelet está pasando por momentos dificiles porque "ha tenido bastante poca capacidad para enfrentar los problemas políticamente", lo que se ha intensificado por una baja aprobación ciudadana, que atribuyó más a "un rechazo a la clase política en general y a la manera poco profesional con que han llevado adelante las reformas que al contenido sustantivo de éstas".
Ejemplificó la capacidad problemática del Gobierno con el "bien poco edificante" impasse vivido esta semana entre la Nueva Mayoría y el Partido Comunista tras el rechazo del reajuste al sector público.
"Es muy simbólico que haya optado conversar con los presidentes de los partidos en vez de conversar con la CUT y la ANEF", dijo, criticando la decisión de "intentar solucionar con un acuerdo con los presidentes de los partidos políticos en un contexto político donde ellos no tienen mucho peso ni fuerza".
"Me parece insólito que los presidentes de lo partidos, menos el del Partido Comunista, sacaran una declaración acusando al PC de deslealtad", aseguró Atria, en especial de parte de la Democracia Cristiana, que hasta hace poco mantenía su salida del comité político. "¿Eso es lealtad?", apuntó.
"Todo estos son síntomas de una institucionalidad política que está por el suelo en términos de deslegitimación y apreciación ciudadana", reflexionó.
