Primer ministro japonés reconoció responsabilidad de Tokio en la II Guerra Mundial

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Autor: Cooperativa.cl

"Dejamos muchas cicatrices en la gente de Asia", señaló Shinzo Abe ante el Parlamento, a horas de iniciar una histórica visita a China y Surcorea, naciones invadidas por el Ejército nipón.

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El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, reconoció la responsabilidad de los antiguos líderes nipones en el desastre que significó la II Guerra Mundial, así como en las atrocidades cometidas por las tropas en el este de Asia.

 

Entre ellos incluyó a su abuelo, Nobusuke Kishi, quien fue jefe del Ejecutivo entre 1957 y 1958, y en 1960, y que, pese a ser calificado de criminal de guerra al concluir la contienda, pudo evitar el patíbulo y escalar de nuevo puestos en la política.

 

Abe, nombrado por el Parlamento el pasado 26 de septiembre, también se comprometió a aceptar los comunicados oficiales de anteriores gobiernos japoneses en los que se pidió disculpas a las víctimas del yugo colonial nipón en el este de Asia por la agresión cometida antes y durante la II Guerra Mundial.

 

Este reconocimiento tiene una destacada importancia dado el carácter conservador de Abe y sus puntos de vista nacionalistas en relación al pasado de Japón.

 

Además, se produce en vísperas de la visita del primer ministro japonés a Pekín, donde el próximo domingo se reunirá con el presidente chino, Hu Jintao.

 

Un día después visitará Corea del Sur, país, como China, ocupado por el Ejército imperial nipón en la primera mitad del siglo XX y que acusa a Tokio de no haberse arrepentido de esos abusos cometidos en el pasado.

 

Cuando intervino ante el Parlamento el pasado lunes, Abe no aludió a las responsabilidades de Japón y sus gobernantes en esos tiempos dramáticos.

 

Ese día eludió admitir la responsabilidad de los criminales de guerra japoneses condenados al término de la II Guerra Mundial por el Tribunal Militar Aliado para Extremo Oriente y que son venerados en el templo de Yasukuni, símbolo del militarismo japonés que acoge a los nipones caídos en combate en la primera mitad del pasado siglo.

 

Las reiteradas visitas del predecesor de Abe en el poder, Junichiro Koizumi, a Yasukuni fueron entendidas por chinos y coreanos como una afrenta a ese doloroso pasado común y el apoyo que Abe, siendo ministro portavoz de aquél, había dado a esas visitas era visto con muchos recelos en Pekín y Seúl.

 

"Dejamos muchas cicatrices en la gente de Asia. Mi abuelo fue una de esas personas, uno de los líderes que tuvieron una gran responsabilidad. Puesto que los políticos han de responsabilizarse de las consecuencias de sus actos, no hay duda de que la decisión que tomaron entonces fue errónea", afirmó Abe. (EFE)

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