Los pescadores artesanales de la comuna de Coronel, en la Región del Biobío, anunciaron que van a realizar cuarentenas preventivas a bordo de sus embarcaciones para evitar al propagación de la Covid-19 a sus familias.
Uno de sus dirigentes, Omar Bustos, explicó que debido a que no cuentan con recintos sanitarios donde poder realizar las cuarentenas, han debido tomar la decisión de mantenerse en sus respectivos botes de trabajo.
"De los nueve tripulantes (de mi lancha) uno salió positivo, pero por no ir a contagiar a su mujer, decidieron quedarse cinco días en la lancha haciendo cuarentena a bordo. Hoy tenemos gente contagiada y no tenemos dónde ir a dejarles, tienen que quedarse con sus familias", argumentó.
En tanto, Marta Espinoza, dirigenta regional de la pesca artesanal, aseguró que tienen constancia de trabajadores contagiados.
"Aquí no se han hecho cargo de la tremenda cantidad de contagiados que hay en la pesca artesanal. Hay familias enteras en sus casas, donde ha llegado el marido de altamar, contagiado por otro compañero, y han tenido que hacer sus cuarentenas en sus cajas, contagiando al resto de sus familiares", planteó.
Según los datos municipales, la mayoría de los habitantes de Coronel pertenecen a los tres primero quintiles de la población más vulnerable, por lo que sus viviendas tienen dimensiones que no sobrepasan los 60 metros cuadradros con un promedio de 5 personas por hogar.
Estos factores no permiten un correcto aislamiento para prevenir las posibilidades de contagio del virus, lo que habría incentivado a los trabajadores de la pesca artesanal a tomar estas medidas drásticas.
El alcalde de Coronel, Boris Chamorro, aseguró que pidió en más de una ocasión a las autoridades del Gobierno la instalación de una residencia sanitaria.
"No podemos exponer a nuestra gente a que haga la cuarentena en bote, producto que no tienen un espacio donde poder desarrollar su confinamiento y no seguir contagiando a sus familiares", dijo el jefe comunal.
