Es más apropiado tratarlas en temporada de invierno y sin calor.
Con la terapia las molestias cesan de forma inmediata.
Para muchas mujeres el tema de las várices representa un verdadero dolor de cabeza. Afecta al 25 por ciento de las mujeres chilenas y a más de un 10 por ciento de los hombres. Aunque es catalogada como una enfermedad benigna, se manifiesta en la dilatación progresiva de las venas subcutáneas de las piernas, provocando síntomas que pueden ser incapacitantes.
Así lo explica el doctor Renato Mertens, jefe del departamento de Cirugía Vascular del Hospital Clínico Universidad Católica, destacando que contrario a la creencia popular, las várices no aparecen ni crecen al depilarse con cera caliente, usar frazadas eléctricas, sumergir las piernas en aguas termales o ducharse a alta temperatura.
"Cruzar las piernas al sentarse tampoco es relevante" sostiene.
Según el cirujano vascular actualmente se utilizan técnicas combinadas, "porque el objetivo es ser lo menos invasivo posible", siendo muy apropiado realizar este tipo de intervención en los meses de menos calor debido a los cuidados posteriores que incluyen el uso de medias y además permite evitar la exposición de la zona operada al sol.
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| Las várices afectan al 25 por ciento de las mujeres chilenas. |
En los casos que se acuda a la cirugía, existen tres opciones. Una es la técnica de la escleroterapia que consiste en inyectar un líquido especial que seca la vena, por lo que se aconseja utilizarla en várices pequeñas o arañas vasculares (telangectasias) que recién se estén formando.
En situaciones más avanzadas, se utiliza la ablación por láser, procedimiento mínimamente invasivo, usando un catéter que se introduce en la vena la que se elimina por esta vía, la recuperación es rápida y suele ser una intervención de carácter ambulatorio.
La tercera alternativa es mediante cirugía convencional que consiste en extirpar la vena afectada y se emplea para tratar várices grandes y dilatadas que causan mucha molestia.
"Al tratar las várices, el paciente se beneficia de forma inmediata, ya que la sangre comienza a circular mejor al no devolverse, cediendo los síntomas dolorosos, que en general aumentan en el periodo estival", precisa el doctor Mertens.
La sangre en las venas circula en dirección al corazón. Y para que esto ocurra, existen unas válvulas que impiden que se devuelva. Sin embargo, cuando estos elementos fallan, la sangre tiende a devolverse, agrandando la vena y provocando la clásica protuberancia que la gente reconoce como várice, explica el especialista.
Las várices son más frecuentes en personas con antecedentes familiares con este mal y en embarazadas. Además, quienes trabajen muchas horas de pie pueden presentar más riesgo.
La prevención es la clave. Para evitarlas o disminuir sus síntomas se recomienda el uso de medias de descanso ajustadas, especialmente diseñadas para esto.
También se sugiere evitar alzas bruscas de peso y realizar ejercicios livianos, aeróbicos y no extenuantes.
