Revise la transcripción de la entrevista a la Presidenta Bachelet en Cooperativa

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Autor: Cooperativa.cl

Transcribimos para nuestros lectores la conversación completa de la Jefa de Estado con Cooperativa.

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En una edición especial de El Diario de Cooperativa, la Presidenta Michelle Bachelet ofreció su primera entrevista exclusiva a un medio de comunicación tras el mega terremoto que asoló el centro-sur de Chile la madrugada del sábado 27 de marzo de 2010.

La siguiente es la transcripción de la conversación que sostuvo la jefa de Estado con los periodistas Sergio Campos y Verónica Franco, que fue transmitida por todas las filiales de Cooperativa a lo largo del país.

Verónica Franco: 03:34 de la madrugada del sábado 27 de febrero; una hora y fecha que quedarán grabadas en nuestras memorias por una de las catástrofes más implacables de la historia de Chile. Han pasado las horas y la situación comienza lentamente -más lento de lo que todos quisiéramos- a normalizarse luego del terror, la confusión y angustia por lo ocurrido.

En los estudios de Radio Cooperativa para todo Chile a través de una cadena voluntaria de radio y televisión, y para todo el mundo, a través de Cooperativa.cl, está ya junto a nosotros la Presidenta de la República, Michelle Bachelet Jeria. ¿Cómo está, Presidenta? Buenas Tardes.

Michelle Bachelet: Bueno, por supuesto consternada por lo sucedido, puesto que yo he visitado en terreno muchas de las zonas afectadas, pero por sobre todas las cosas no permitiéndome que esta consternación y esta tristeza -que yo creo que embarga a todo Chile- nos paralice. Estamos dedicados a trabajar con fuerza en pos de ir en alivio de las personas afectadas, de las personas que han perdido todo, incluso a sus seres queridos. A eso estamos dedicados

Sergio Campos: Presidenta, usted habló de dos etapas en la intervención con los comandantes en jefe y el ministro del Interior: la primera para enfrentar la emergencia, y la segunda la reconstrucción. ¿En qué momento de la etapa de enfrentamiento de la emergencia nos encontramos cuando ya han pasado más de 100 horas de la ocurrencia del terremoto y usted conoce todas las intensidades y los tonos que ha tenido la voz de la ciudadanía impactada por esta catástrofe?

MB: Sin duda que seguimos en estado de emergencia producto de que en algunas partes de las zonas afectadas las personas aún no tiene restablecidos los servicios básicos, y en algunas otras zonas la gente está recién empezando hace -yo diría desde hace 24 horas, otros desde el sábado, el domingo- a recibir ayuda en términos de alimentación, agua (que es un tema central), carpas, frazadas... en fin; todos los elementos que son esenciales para la población.

Por supuesto que hay otros lugares como Santiago, la Región Metropolitana, donde ya el reinicio de agua y de luz está cubierto prácticamente en el 90 o 95 por ciento, pero obviamente en el caso de Santiago hay también personas que lo han perdido todo. Hay un número de fallecidos bastante menor que en la Región del Maule, pero fallecidos (al fin). Por lo tanto, yo diría que seguimos en la emergencia y la tarea central es -que esto lo conversamos con los empresarios, con quienes tuvimos una reunión esta mañana- restablecer a la brevedad todos los sistemas básicos: esencialmente luz, eso permite el regreso del agua, y también combustible.

Y nosotros a la vez, a través de las instancias tanto de Gobierno como solidarias, repartiendo todos los elementos básicos para que las personas puedan vivir en las mínimas condiciones esenciales de cualquier ser humano.

Y yo quiero decir que aquí hemos recibido mucha ayuda de mucha gente... Verónica decía 'más lentamente de lo que quisiéramos...'; sin duda (la normalización está llegando) más lentamente de lo que quisiéramos. La primera cosa que hay que decir es que aquí hubo un efecto en dos áreas esenciales que han determinado que la velocidad de llegada de respuesta ha sido menor de la que quisiéramos: una, el efecto de las comunicaciones. Hasta el día de hoy hay problemas con las comunicaciones; en muchas zonas todavía no tenemos comunicaciones fáciles y claras. Segundo, la conectividad, que se vio ampliamente afectada, y muchos de los camiones que enviamos con ayuda se demoraron muchas horas más de lo normal. De aquí a Parral se demoraron nueve horas, cuando lo normal es bastante menos.

Digo esto porque yo entiendo el dolor, el susto de la gente, que ha llevado a todo tipo de expresiones y también a algo muy negativo; todo tipo de rumores que no corresponden a la realidad y que generan más intranquilidad, más angustia, que se añade al dolor por la pérdida o de seres queridos o de bienes materiales.

SC: Presidenta, usted ha planteado varios elementos en su explicación, que me gustaría que los viéramos, ya que la idea es que podamos dilucidar muchas dudas que se han ido generando. Por ejemplo, hay parlamentarios que han señalado que no existe hoy día una disposición para intervenir, por ejemplo, en la distribución de la energía eléctrica, y nos quedamos con las explicaciones de la compañía. Tampoco existe el rigor como para establecer un control del sistema de transmisión de telefonía celular, que se supone que es un medio tremendamente moderno, y al mismo tiempo, tampoco se ha establecido por parte del sistema de emergencia del Ministerio del Interior, una red de comunicación que pueda superar las fallas de los celulares y de la red telefónica fija, y existieran, por ejemplo, teléfonos satelitales en cada una de las regiones, porque tienen un costo que es miserable en comparación con la dimensión de la tragedia que tenemos en este momento, entonces, aquí hay un grado de imprevisión, según lo que hemos logrado nosotros detectar como juicio a lo que se ha hecho hasta este momento.

MB: Bueno, somos todos generales después de la guerra. La verdad es que yo, Sergio, en menos de una hora del terremoto estuve en la Onemi, y estuve ahí porque intenté comunicarme y no obtuve comunicación. Logré comunicarme con La Moneda y luego me fui de inmediato a la Onemi, entonces a mí no me cuentan cuentos: yo estiuve ahí en el medio de todo, vi lo que llegó, lo que no llegó, quiénes supieron exactamente lo que tuvieron que hacer, quienes tuvieron distintas opiniones frente a distintas cosas, y yo creo que basta ya de intentar buscar responsabilidades, y basta ya de no entender que hoy día el problema principal es ayudar a la gente. Hay necesidades de un lugar digno de vivir, viene el invierno, entonces yo creo que esa es la tarea principal.

Yo he leído todo tipo de análisis que se hacen, y muchos de ellos sin información suficiente. Yo creo que es cierto que de este tremendo terremoto -8.8 (grados Richter)- habrá tiempo para decir 'a ver, los estándares que tenemos para tal cosa, ¿son los que corresponden?'. Tenemos que tener sistemas de comunicación. Es claro y evidente que mostró una vulnerabilidad, pero la mostró en todos lados. Piense usted que todos los sistemas de comunicación se cayeron, incluso de instalaciones que uno debería suponer que tiene muy modernos aparatos, y por lo tanto, nosotros nos enteramos -en la Onemi estaba yo- del maremoto de Juan Fernández porque llamó el observador meteorológico a la Dirección de Meteorología, porque tienen otro sistema, y un concejal de la comuna para decirnos que había habido un maremoto que había borrado la parte baja de Juan Fernández. Finalmente logré comunicarme con el cabo del retén, y después con el alcalde, que estaban usando el retén como lugar de reunión, y ahí me informé.

Quiero decir que aquí efectivamente creo que desde el punto de vista de las comunicaciones, en un país de la dimensión nuestra, en la longitud nuestra, el tema de la conectividad hay que re mirarlo. Pero por otro lado, usted ve a menos de 48 horas la conectividad del país está completa. Uno se demora, pero llega. Entonces creo que el país demostró que tiene grandes fortalezas y grandes vulnerabilidades que tienen que corregirse en distintas áreas. Esa es la lección que hay que sacar, pero yo quiero hacer aquí un llamado: aquí no corresponde ni sacar cuentas pequeñas, pasar cuentas políticas. Aquí lo que corresponde es ponernos a pensar primero en la emergencia y luego, a al hora de la reconstrucción del país, en qué medidas tenemos que tomar para que nunca vuelva a pasar algo como esto.

VF: Presidenta, como usted dice, el tema no es buscar responsabilidades en este momento, pero ¿qué fue finalmente lo que ocurrió?, porque uno puede pensar que un terremoto, un maremoto pueden producirse en cualquier momento de nuevo. ¿Vamos a estar preparados, vamos a ser advertidos a tiempo? ¿Es posible asegurar eso?

MB: Yo creo que hay dos cosas que hay que hacer: por un lado, asegurar que los sistemas de comunicación sean de la última tecnología, pero que sean de verdad, porque yo hay lugares de Chile donde he andado con celular satelital y de iridio, que son los más sofisticados, y tampoco garantizan 100 por ciento de seguridad, entonces creo que vamos a tener que hacer un tremendo esfuerzo en ese sentido, tanto desde el punto de vista de la telefonía -sea móvil o fija-, y por cierto, también en el tema de todo tipo de comunicaciones que puedan funcionar.

SC: La red de radioaficionados fue un elemento en la historia de los terremotos del 60' y 85' muy importantes...

MB: Así es, efectivamente, por eso digo que hay que buscar todas las formas. Ahora, los maremotos se generaron en distintos momentos. Yo conversando con las personas -más allá que a veces el tiempo parece eterno o muy breve, depende de cómo uno esté...-

VF: Hubo por lo menos una hora de distancia entre el primero y el último, entiendo...

MB: A mí hay gente que me ha dicho que a los 15 minutos del terremoto vino el maremoto, otra gente que me dijo

VF: 19 minutos, según la NOAA, la organización americana que se ocupa de esto...

MB: Por eso digo, pero pareciera ser que hubo muchas olas. En el caso de Constitución me describieron siete olas, en otros lados me describieron cinco olas, y en otras partes dos olas, entonces, lo que quiero decir es que si algo se genera a los 15 minutos posteriores no es sencillo alertar a toda la población. Hay que extremar todas las condiciones para que eso sea posible. ¿Por qué lo digo? Porque por alguna razón la alcaldía de puerto de Juan Fernández no recibió el informe de la posibilidad de tsunami, y ellos no tuvieron terremoto. Entonces hay que mejorar esa parte y asegurar un buen anuncio a todas las alcaldías de puerto y capitanías de mar, que es una red que tiene el SHOA, y hay que asegurar toda la comunicación posible, primero para saber qué es lo que está pasando, y segundo los riesgos.

Pero hay un segundo elemento que yo creo que funcionó en nuestro país, porque sino hubiéramos tenido muchos más muertos, y a mi me lo dijo el jefe de los Bomberos de Constitución ese día a las 12 del día: me contó que hace dos semanas aproximadamente habían hecho un simulacro de tsunami, y que ellos habían enseñado a la población que si en algún momento -como uno no conoce la dimensión; todo el mundo dice que más de 7,5 tiene riesgo de tsunami, pero uno está viviendo el momento ahí y no tiene ningún instrumento para medirlo: en circunstancias de terremoto, si uno no puede mantenerse en pie, tiene que salir y huir a los cerros-.

Entonces yo quiero decir esto, tenemos que mejorar la tecnología y seguir trabajando en algo que se ha estado haciendo fuertemente en el gobierno, y que yo creo que ayudó a salvar muchas vidas, que es la comunicación comunitaria, de todas las maneras de prevenir en los lugares de un país como el nuestro, con una costa tan amplia, tanto qué hacer en caso de terremoto como de maremoto.

VF: El almirante Edmundo González reconoció anoche en una entrevista que no le habían informado adecuadamente a usted, Presidenta.

MB: Fue un acto de mucha hombría de su parte hacer ese reconocimiento de que habían sido poco claros, poco precisos, puesto que yo llamé infinitas veces preguntando si existía riesgo de tsunami, qué pasaba, si había alerta de tsunami, si se mantenía la alerta, es decir, cuál era la situación. La gente de la Onemi se comunicaba permanentemente con el operador del SHOA, yo hablé con el comandante del SHOA, con el almirante González más tarde, y la verdad es que había un problema de comunicaciones que hizo que mucha gente no se enterara siquiera de que había un tsunami, y yo creo que aquí tenemos, más allá de lo que hemos visto, y yo encuentro muy inadecuado, es una cantidad enorme de comentarios que se están haciendo sobre quiénes podrían haber sido los responsables de A, B o C. Creo que lo que hay que hacer hoy día, de verdad, es todos juntos sacar este país adelante.

VF: Presidenta, y qué se le dice a los habitantes de la zona costera del Ñuble. En la mañana con Sergio Campos hablábamos con el obispo (de Chillán, Carlos) Pelegrín, y él nos decía que hay mucha gente que aún no se anima a bajar de los cerros... Han pasado cinco días...

MB: Los expertos señalan que es muy improbable que tengamos un terremoto del nivel que existió, porque se requiere mucho tiempo para que se libere la energía suficiente como la que se acumuló, que algunos dicen que fue 50 veces más que la de Haití, y que derivó en el terremoto y el tsunami, y uno de los temas que algunos de los expertos señalaron cuando yo preguntaba '¿Bueno y hay tsunami o no hay tsunami?', se me decía 'los tsunamis son inmediatamente después', no tantas horas más tarde. Y quiero decir que pese a eso, cuando yo hablé con la prensa dije 'pese a que se nos ha informado que no hay probabilidad de tsunami -ya había pasado una hora o una hora y media del terremoto- yo quiero decirle a la gente que está en las zonas costeras que si hay réplicas fuertes se vayan a los cerros', puesto que yo sentí que mi obligación era tratar de proteger, dentro de lo posible.

Han pasado varios días, sucede que la gente tiene miedo porque han continuado réplicas, y en algunos casos réplcias fuertes. La información que nos han dado los expertos es que no habría riesgo de tsunami, y yo creo que en la medida que las cosas se vayan normalizando -hay gente que está en los cerros porque perdió todo, está en una carpa o en un auto viviendo, estamos llegando con medios de vivienda, de habitabilidad; hoy día llegan a Boyeruca 20 mediaguas, que es la vivienda de emergencia que se va a estar entregando, mañana van a llegar otro tanto a Constitución, y así se está construyendo habitabilidades para la gente, entendiéndolas como no definitivas, sino de emergencia.

Entonces, en la medida que se vaya normalizando la presencia de agua, de algún lugar para vivir, la gente va a poder ir volviendo a sus casas.

SC: Presidenta, este reconocimiento que ha hecho el comandante González, que incluso dice que se asume la responsabilidad por varias muertes que han ocurrido a raíz de esta situación confusa o ambigua, contrasta en alguna medida con lo que ha dicho el general Ortega, de la Fuerza Aérea, que dijo que a las 5 y media de la mañana tenían toda la dotación de aviones lista para partir a cualquier lugar, pero que no hubo una coordinación adecuada de parte del Gobierno. Sin embargo, yo sé de una fuente calificada que usted a las 5 de la mañana en la Onemi pidió un helicóptero; trataron de ubicar al piloto y el piloto aparentemente estaba durmiendo o tenía el celular apagado, y usted, cada rato que preguntaba por el helicóptero le postergaban la información y la decisión, y que recién el helicóptero disponible para que usted iniciara el recorrido por la zona estuvo listo a las nueve de la mañana. O sea, pasaron cuatro horas en que la Presidenta de Chile, la máxima autoridad del país, pide un helicóptero, y no está disponible hasta cuatro horas después. ¿Cómo se puede explicar a los chilenos que pasen este tipo de situaciones?

MB: Quiero volver a insistir: nosotros podríamos entrar en cada anécdota. Por eso yo decía 'cuando leo artículos escritos por gente que lo hace sin información pertinente y sostiene todo tipo de teorías...', la verdad es que "otra cosa es con guitarra", como decía mi abuelita.

SC: ¿Pero pasaron cuatro horas para que usted tuviera el helicóptero?

MB: Sí, efectivamente. Nosotros estuvimos ahí, vimos cómo las cosas fueron pasando en verdad. Yo tengo que imaginar que el comandante en jefe de la Fuerza Aérea fue mal informado. Ahora, los pilotos, lo que les sucedió fue lo mismo que a todos Chile, no había comunicaciones. Yo no sé si ustedes pudieron hablar por celular, la verdad es que yo llamaba y llamaba, por teléfono fijo y por celular, y no me contestaba nadie, por eso opté por irme de inmediato a la Onemi, y lo mismo probablemente le pasó a todas las instituciones. O sea, mientras el SHOA me decía que ya no había riesgo de tsunami, porque eso se producía inmediatamente y después ya no, ¡la Base Naval de Talcahuano estaba bajo el agua, y eso fue un problema de comunicaciones, no de mala voluntad ni responsabilidad de nadie individual! Aquí no hubo gente que faltó a su deber, que no hizo lo que tenía que hacer, aquí sucedió un tema que tenemos que mirar de futuro al reconstruir este país, donde finalmente se acabó toda la comunicación. Entonces luego que se logró ubicar a los pilotos -no sé si los fueron a buscar a la casa, no conozco el mecanismo con el cual se logró- ellos demoraron enormemente en llegar al lugar del helicóptero por los problemas de conectividad física por los riesgos, por los edificios caídos, por las calles que estaban levantadas.

Yo sé que el paraíso en la tierra no existe, Sergio. Primero que nada, lo perfecto no existe. Y se dieron las cosas que se dieron, entonces habrá que pensar en otros mecanismos, en tener gente de turno al lado de los helicópteros; otros mecanismos que no son los que existían en ese momento. Yo por eso quiero insistir: nos podemos ir a ala anécdota, nos podemos ir a decir 'mire, tal persona dijo esto o no dijo esto otro'. No. Ahora, primero que nada, todos con la emergencia, todos con las familias damnificadas, y segundo, todo aquello que hemos podido detectar que son vulnerabilidades, hay que corregirlas para el futuro lo antes posible.

VF: Presidenta, usted ya comentaba de la distribución de alimentos, de ropa de abrigo, de artículos de aseo. Hasta carbón se está mandando para los damnificados por aire, por tierra y por mar, pero ¿cuál es su evaluación de ese trabajo, considerando que a Concepción, que es la ciudad grande más devastada, todavía no ha llegado nada o no comienza, al menos la distribución, según nos reportan los enviados especiales del Diario de Cooperativa que están allá y que han estado trabajando desde el día domingo?

MB: La información que yo tengo es otra. De todas maneras yo he mandado a Concepción ministros...

VF: Ayer ya llegó a Constitución, claro, que está devastada también, con la mayor cantidad de muertos...

MB: Lo que pasa es que en Concepción hay un número importante de centros de distribución de alimentos. Han llegado a Concepción, y también de raciones alimenticias de la Junaeb, y yo sé que han llegado a Concepción, porque hablé con el general Ramírez al respecto.

VF: ¿Y que se está entregando?

MB: Ah, esa parte yo supongo que están ayudando...

VF: Hay un protocolo que seguir y que explicaban ayer los militares.

MB: La instrucción que hemos dado es que aquí cero burocracia, que hay que entregar con la rapidez que se requiere. Lo que es probable, lo más seguro, es que dada la tremenda dimensión de Concepción, no se está llegando a todas partes, sino que sólo a algunas. Ahora, en ciudades grandes, donde hay empresas, donde se producen productos, siempre se busca que más que mandar de Santiago -a menos que realmente no haya capacidad instalada- las propias empresas (apoyen el suministro). Entonces se ha conversado con los supermercados a nivel nacional -aunque muchos fueron saqueados- para que provean a estos supermercados, que se abran los supermercados.

VF: Efectivamente en Concepción no hay nada. Ayer nos comentaban que el dinero, de hecho, no tiene mayor valor en este momento, que está funcionando bastante el trueque

MB: Es posible, hay sectores donde es así. Nosotros hemos ido normalizando de a poco en el sentido de la forma. Los bancos están abriendo, de manera que la gente pueda tener dinero. En la reunión con los empresarios les hemos pedido que ellos hagan un llamado a no subir los precios, porque hay gente que en estas circunstancias especula, sube los precios del transporte de los buses interurbanos cuando las familias quieren volver a sus casas o saber desesperadamente de sus familiares. O sea, yo aquí creo que tenemos que tener una solidaridad grande, y a mí la información que se me ha entregado es que está siendo entregada. Si usted me dice que hay una información distinta, tendremos que compararla con la información oficial que se me ha entregado, pero yo también aquí quiero decir que aquí hay tal nivel de -aquí voy a usar una palabra que no debería usar como médico, pero yo diría- un poquito de una angustia colectiva tal, que llega información que finalmente no es efectiva.

¡En el incendio de La Polar a nosotros la primera información que nos llegó era que había 19 muertos!, y que no se sabía muy bien si eran muertos por el incendio o por el toque de queda. Después, que se había asaltado la Municipalidad de Hualpén, en Los Angeles que se había roto la copa de agua, ayer que había saqueos por todos lados en Santiago; toda esa información no era verídica, entonces yo creo que...

VF: Hay una sicosis colectiva...

MB: Sí, yo no quiero usar esa palabra, pero por eso dije 'una angustia colectiva'. Sí diría que existe una suerte de sicosis colectiva y de rumores que, la verdad, no ayudan en nada. Hay suficiente drama y dolor y sufrimiento como para que además empecemos a repartir información que no es verdadera. En Valparaíso hicieron una alarma de tsunami

SC: En San Antonio también...

MB: En San Antonio, entonces yo quiero pedirle a la población que entiendo perfectamente la angustia, el dolor, hay gent que todavía duerme fuera de sus casas, no teniendo razón para ello -hay otra gente que a lo mejor sí, porque las condiciones de la casa no son adecuadas-. Pero yo he tratado, cada vez que me llega una información de esa naturaleza es certificarla, y en ese sentido creo que los medios nos pueden ayudar muchísimo, porque yo he visto información que aparece online y que después resulta no ser efectiva, porque claro, alguien los llama, los medios tienen la responsabilidad de comunicar, pero pido que ojalá podamos hacer todos los esfuerzos, porque se empieza a generar una sensación de catástrofe adicional a la catástrofe que no es real, entonces me parece a mí que en general, salvo hechos que han existido, que afortunadamente han sido esporádicos, y que se han logrado controlar en la Región Metropolitana poco a poco ha ido volviendo a la normalidad, salvo lo que hoy día me decían ciertos empresarios, que es por condiciones de familia, problemas, hay personas que no han vuelto a trabajar, o en algunos sectores, por ejemplo la minería, decían hay muchos trabajadores de la séptima región que trabajan allá pero se le ha dado permiso para que vuelvan a sus casas, o sea, hay naturalmente toda una conmoción en las zonas menos afectadas por el hecho.

Nuestra tarea es ir normalizando dentro de lo posible todas las condiciones para que Chile se pueda poner de pie nuevamente.

SC: Presidenta, estas circunstancias que usted señala nosotros la vivimos también, y cada información que nos llegó de saqueos, de pillaje, concurrimos a los lugares a verificar y nos dimos cuenta de que nada pasaba en esos lugares, especialmente en la Región Metropolitana, pero al mismo tiempo hay un elemento que si uno lo mira desde el punto de vista cronológico, la disposición de nombrar los jefes de zona en Estado de excepción, de catástrofe, se produjo el domingo a las tres de la tarde...

MB: No, no. Eso fue la información oficial, el decreto se firmó en la mañana.

SC: Ya, pero entre que se firma el decreto y los jefes de plaza toman conocimiento, y se supone que están dotados de una serie de medidas legales que ellos pueden entrar a aplicar, se movilizan las tropas y se dispone el toque de queda pasan muchísimas horas, más de un día, casi dos días.

MB: Eso no es efectivo, Sergio.

SC: ¿Pero cómo ocurrió? Si hubiera habido toque de queda en Concepción no habría habido incendio en un supermercado...

MB: Había toque de queda en ese momento. El subsecretario del Interior ya lo habpia decretado...

VF: Perdón Presidenta, el toque de queda empezó esa noche a las 20:00 horas.

MB: Sí, pero estaba decretado, eso es lo que digo.

VF: Había habido toque de queda en la noche, había terminado recién en la mañana.

MB: No, el incendio fue el día...

VF: ¿Antes de las 12 de la noche del primer día, sí?

MB: No sé, en este momento de verdad que tengo una imposibilidad de contar. Lo que sí sé es que hay gente que me decía 'han pasado 3 días' y estábamos recién el sábado en la noche. Yo creo que a todos se nos ha hecho además tan doloroso que el tiempo se nos ha acortado.

VF: El toque de queda, me precisan, estaba vigente, se había suspendido a las 6 de la mañana, y se reanudaba esa noche y se adelantó para las ocho de la noche

MB: Por eso, yo lo digo porque creo que es bueno precisar los hechos, porque aquí se está hablando de muchas cosas sin aparentemente tener la información. Y se repite y eso no es efectivo. Lo primero es que yo decía que en menos de una hora del terremoto yo estuve en la Onemi, no había información adecuada de lo que estaba pasando. Nos tratamos de comunicar con los intendentes -ustedes tienen que saber que en la Onemi hay un comité de emergencia donde están los militares permanentemente y fueron llegando de a poco, porque eran las 4 y media de la mañana, entonces había gente de turno, había gente de todas las ramas, de Carabineros; gracias a ellos pudimos hacer todas las coordinaciones que logramos; también la Onemi se empezó a conectar con todas las partes, y yo, como decía, a las cinco pedí un helicóptero porque me dí cuenta de que las comunicaciones estaban caídas y que la única posibilidad de tener una cierta dimensión de lo que había sucedido era ir a las regiones más devastadas y opté por ir a Maule en primer lugar, porque según la información que teníamos, era donde había sido el epicentro.

Por lo tanto, a horas del terremoto nosotros decretamos zona de catástrofe, para justamente tener todas las posibilidades administrativas, de poder ir con rapidez, y dejar de lado todas las burocracias habituales necesarias. Yo estuve en Concepción a las 5 de la tarde o a las 3 de la tarde de ese día, me reuní en el aeropuerto con el intendente, con el general de Carabineros -estaban dos subsecretarios ahí, de Interior y Hacienda-, llegó el coronel de la zona, le pedí al coronel que ayudara a Carabineros con fuerza militar para garantizar orden y seguridad, y luego, en menos de 24 horas nosotros decretamos estado de excepción, de catástrofe, y se informó al general Le Dantec, que es el jefe del Estado Mayor, se nombraron los dos generales a cargo: el general Bosco Pesse en la Región del Maule y el general Guillermo Ramírez en la Región de Biobío. El general Ramírez había tenido toda la experiencia en el enfrentamiento del terremoto de Tocopilla.

Aquí, por eso digo, yo hablé en alguno de todos estos momentos con un grupo alto de almirantes y generales y les pregunté que me dieran su opinión sobre toque de queda y me dijeron que no, que no les parecía adecuado, que no era necesario aún. Por eso estoy diciendo que creo que lo importante es que se fueron tomando decisiones. Aquí no hubo tardanza en la decisión. Se tomaron las medidas adecuadas, y lo que sí hubo fue falta de información, y las decisiones que se tomaron fueron en base a la información que se tenía a esa hora.

VF: ¿Usted había pensado, Presidenta, alguna vez, en la cantidad de gente que salió a hacer pillaje y hacer saqueo?, ¿Esperó usted que hubiera una reacción de ese tipo? Ni siquiera se lo pregunto en cuanto Presidenta, sino que como chilena...

MB: Por eso yo hablaba del problema de la prudencia en los mensajes. La gente se desesperó y perdió todo tipo de, yo diría, valores esenciales. Yo estoy segura que, más allá de alguna gente que claramente robó para vender. Nadie puede imaginar, yo veía las imágenes de gente en camioneta, llevándose plasmas, refrigeradores. A mí no me parece que haya sido alguien que se le cayó todo y se quedó sin nada. No quiero decir que sea correcto hacer lo otro, pero me parece distinto el caso, que vi con mis ojos en Constitución, donde la gente salía de un supermercado con productos para comer, o una mamá jovencita que la vi con cuatro paquetes de pañales para su guagua.

No estoy diciendo que ese tipo de robo sea legítimo. Estoy diciendo que hay gente que en una Constitución devastada, en que la gente perdió todo, también sintió que no quiso quedar completamente abandonada, entró a los locales, se llevaron cosas, y además, porque me vieron y me reconocieron -un caballero iba pasando con un carrito al lado mío, y yo iba en un vehículo de Carabineros, y me mira y pone cara como de culpable y me dice 'perdón, Presidenta, pero yo perdí todo', mientras otros decían 'esta gente tiene seguro'. Y los Carabineros, la verdad es que su prioridad en ese momento, y a eso estaba dedicados, era sacar a la gente de debajo de los escombros, a ver los cadáveres. 20 carabineros en Constitución, y yo vi también a los Bomberos trabajando ahí, entonces en ese momento, en esa desesperación no fue obviamente la prioridad, porque el drama que existía ahí era tan grande.

Pero cuando uno ve lo que ha visto después, lo que pasó en Concepción, yo no me lo hubiera esperado nunca, y creo que es un nivel que hay que pensar muy bien por qué pasó eso ahí y no pasó lo mismo en Talca. O sea, en Talca ha habido algún pillaje, algunas cosas, pero de un tenor infinitamente distinto. Tal vez porque en Concepción hay un millón 200 mil personas, tal vez porque las imágenes además de la caída del edificio generó -aunque había muchas más casas destruidas (en Talca)- generó, yo creo, una angustia y una sensación de que el mundo se acababa, de desolación, de guerra, entonces una desesperación que llevó a alguna gente a hacer algo que yo creo que ellos mismos nunca se hubieran imaginado, y lo hemos visto en la historia: cada vez que hay una tragedia de dimensiones, hay gente que busca salvarse ellos, hay gente que busca salvar su familia pasando por arriba de otros. Pero igual hay -y yo lo mencioné en Constitución- héroes, heroínas, que de verdad trabajaron y siguen trabajando todos los días.

SC: Bueno, la niña de Juan Fernández es ya casi una leyenda de si tocó o no tocó la campana y le salvó la vida a muchos habitantes de la isla. Pero volviendo al punto que usted mencionó en el diseño que hizo para manejar esta crisis de la emergencia y la reconstrucción: estamos en este minuto enfrentando la emergencia, se está articulando la ayuda para llevar alimentos básicos, un almuerzo, el agua, todo eso. Se han visto ya las primeras señales de que están llegando a algunos lugares, pero falta completar. Nosotros estamos a bordo de una barcaza viajando por toda la costa del Pacífico hacia al sur para llegar a la Región del Maule con Mario Antonio Guzmán, que es el enviado especial, y se ve que eso está teniendo ya una fortaleza, mientras tanto los camiones llegan también de Santiago. ¿En qué punto nos encontramos?, porque está bien, va a llegar la alimentación, pero después Viena la noche, y después viene mañana y pasado mañana. Entonces, tendrá que venir un momento en que volvamos a los cauces normales después de este desborde. Cuáles son los tiempos que usted ha visualizado junto con todo el comité que está trabajando en la emergencia?

MB: Lo primero que yo quiero decir es que en el día de ayer partió a las 7 de la mañana la fragata Williams, y llegó a Iloca, a Duao. Yo estaba en Curicó cuando me informaron que había llegado a Iloca, y todo esto es muy complejo, porque hubo que conseguir los productos, colocarlos en cajas, es decir, facilitar las cosas acá y no llevar el problema a la región.

Yo creo que por un tiempo que no hemos definido por completo. Naturalmente todo el que le queda a este Gobierno, y después va a depender de la situación en cada ciudad. Se está, por un lado, en el retiro de escombros, pero aquí también hay lentitud por lo siguiente: porque puede haber todavía sobrevivientes debajo de los escombros, entonces no se puede pasar maquinaria arriba de eso. Hay ciertos protocolos que exigen un mínimo de días de las labores de los rescatistas antes de limpiar los escombros, pero es una acción que se está haciendo para retomar la normalidad y para que la gente pueda volver a entrar a los lugares.

Yo en lo personal creo que va a tomar bastante tiempo, bastante tiempo. Porque uno va a hacer la parte inicial de continuar lo que estamos haciendo hoy día, pero lo segundo es que después vienen los problemas anexos, la gente que lo ha perdido todo, la gente que no tiene casa, por eso estamos construyendo aceleradamente viviendas de emergencia, para que la gente tenga un techo, ahora que se va el invierno. Tercero: la gente, los pequeños empresarios, que yo vi en Constitución, que entre el mar y el río que se ha llevado todo, es lo que ha pasado en Tocopilla y en Valparaíso con el incendio. Su fuente de trabajo, que era una pequeña empresa, un restaurante, un hostal y daban trabajo a otros, s eles acabó.

Por lo tanto, yo le he pedido al ministro Lavado que más allá que el nuevo gobierno hará el plan de reconstrucción que le corresponda, que ya esté trabajando con todos los instrumentos necesarios para poder ir en apoyo en es, que probablemente va a ser no de inmediato, pero que pronto tendrá que resolverse. No es un problema de plata. Acá el ministro de Hacienda ha dispuesto todos los recursos necesarios para ir enfrentando todas las necesidades.

¿En qué momento se va a volver a la normalidad? Va a depender de la situación, en Santiago yo diría que hay bastante normalidad, comparado con la Región del Maule y del Biobío y nos falta como en 5 por ciento de la electricidad, hay lugares de Santiago que no tienen agua, eso se va a ir recuperando de a poco. Hay gente que ha perdido sus hogares, ahí también la Intendencia está trabajando, pero hay otros lugares donde yo veo que va a ser muy largo.

Hay situaciones y situaciones. En la costa, desde Llolleo hasta Arauco...

SC: Ahí se llevó el mar 200 viviendas...

MB: Pero en la costa hay casa que son primera vivienda y otras que son segunda vivienda. Obviamente el foco va a estar en la primera vivienda.

Pero yo francamente quiero decir algo, y así se lo planteé al Presidente electo, es que es evidente que un drama de esta naturaleza cambia el eje de prioridades del gobierno. Ha fijado el eje de las prioridades de este Gobierno, yo tenía una llena de distintas cosas en estos últimos diez días y obviamente mi única prioridad ha sido el terremoto y así tiene que ser. Hemos definido un cambio de mando austero, austerísimo, porque así tiene que ser.

Yo creo que Chile tiene condiciones para salir adelante, tenemos recursos y eso es súper importante, tenemos gente capaz.

SC: Aparte de esos recursos que usted menciona, existe también el apoyo manifiesto, el presidente Lula vino a Chile, Alan García también estuvo acá, en el caso de Bolivia que ha hecho su aporte en agua o la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que también se hizo presente.

MB: Permítame a través de esa pregunta contestar dos cosas. Una, es que efectivamente he tenido un apoyo muy grande: la primera persona con la que yo hablé fue con Cristina Fernández, que me ofreció todo el apoyo del mundo, y yo he leído con tanta sorpresa en la prensa nacional e internacional, decir que yo señalé que no íbamos a recibir ayuda internacional, y lo que yo señalé fue que necesitábamos tener un diagnóstico exacto de qué necesitábamos para pedirlo, y así le dije a Cristina, que la llamaríamos más tarde y le enviaríamos el listado. ¿Qué le hemos pedido a los países amigos? Puentes mecano, hospitales de campaña, celulares satelitales, equipos electrógenos. Porque hay lugares donde está la estación de servicio, hay combustibles, pero falta el sistema que permita hacerla operar, y con grupo electrógenos se puede, o hay consultorios que pueden operar, pero requieren grupos electrógenos, o para escuelas.

He pedido también en la posibilidad de pensar en soluciones que no sean de emergencia, que sean semi permanentes. En base a una experiencia real que Chile tuvo. En Chile, después del hospital de Valdivia, el año 1965, el Hospital de Valdivia, que duró hasta el año noventa o noventa y dos, era un hospital semi permanente.

SC: Usted habla del terremoto de 1960.

MB: Sí, sesenta, perdón. Ese terremoto, y a mi papá lo mandaron a Puerto Montt me acuerdo perfectamente. Lo que quiero decir que estamos pidiendo cosas que realmente necesitamos, no estamos pidiendo cosas que en Chile realmente hay.

VF: O sea, no es un falso orgullo. Que así apareció en algunos periódicos internacionales, que Chile rechaza ayuda...

MB: No, eso es falso. Lo que pasa es que no me sirve de nada que me manden el esfingomanómetros, el aparato de la presión, porque en Chile hay y podemos comprar. Lo que necesitamos es lo que no tenemos en cantidad suficiente, nosotros tenemos cinco hospitales militares en distintos lados.

El tema de la salud va a ser un tema muy complejo. Hay 29 hospitales inhabilitados, hay 11 totalmente inhabilitados y en algunos son los hospitales regionales. Ahora, algunos están parcialmente inhabilitado y puede usarse una parte, pero el Hospital de Talca está inhabilitado, y el hospital regional, el tipo uno de máxima complejidad, el Hospital de Curicó está inhabilitado, el Hospital de Rancagua tiene una zona muy importante inhabilitado, y así, más allá de otros más pequeñitos, como Hualañe, etc. Entonces, hoy día estamos súper bien con los hospitales de emergencia, y estamos redireccionando pacientes a otros lugares menos afectados, pero un hospital se demora tres años en construirse.

SC: El Félix Bulnes está inhabilitado.

MB: El Félix Bulnes entiendo que tiene posibilidades de reparación. Por eso digo, que este es un terremoto y un maremoto de dimensiones tan grandes, que creo que va a tomar años en resolverse. Y menciono esto porque entiendo la angustia de la gente, entiendo la desesperación que se traduce en indignación. Pero también, todos tenemos que sopesar el tremendo daño producido y tener un poco de comprensión y paciencia, porque aquí no ha habido falta de entusiasmo ni de interés. La propia Presidenta estuvo una hora más tarde en la Onemi y apenas pudo volar llegó a las regiones, conversó con la gente, estamos trabajando con los comités regionales de emergencia.

Chile puede pararse, tiene recursos. Hoy día un empresario me decía que a él le tocó estar a cargo con el gobierno el año 1985, cuando tuvimos el terremoto.

SC: El 3 de marzo, hoy día se cumplen 85 años.

MB: Y que el país estaba con una deuda gigante, no tenía recursos, y que él había logrado en un año conseguir créditos por 100 millones de dólares. Porque la situación financiera era tremenda. En cambio hoy día estamos en la mejor situación para que aquello que ya va a significar la reconstrucción, que se han dicho 30 mil millones de dólares. La verdad es que como recién se está llegando a conocer mejor lo que ha pasado, yo creo que van a ser enormes cantidades, y que va a tener, además de las platas que Chile tiene, probablemente créditos. Y eso ya lo estuvimos conversando con Lula, con Hillary Clinton, de que Chile es un país serio, reconocidamente, entonces, seguramente no vamos a tener ninguna dificultad apoyo en créditos blandos, en buenas condiciones, para poder ir a la reconstrucción de de áreas muy significativas.

VF: Presidenta, usted decía recién que va a tener que ser el gobierno de Sebastián Piñera quien va a tener la labor de reconstrucción.

MB: Los próximo cuatro años, por supuesto.

VF: En estos días ¿Ha contado con el próximo gobierno? ¿La ha apoyado? ¿O ha sido él quien le ha pedido consejos pensando que va a tener que ser él quien va a instalarse el próximo jueves?

MB: Nosotros hemos tenido reunión, además de las reuniones entre los ministros, para conversar varios temas. Por ejemplo, un tema que yo conversé con él y Hinzpeter, estaba yo y Pérez Yoma, llegamos al acuerdo que nombrara a la brevedad a los intendentes y sobre todo en estas zonas complicadas, y que estos futuros intendentes o gobernadores, cualquiera sea el nivel de las personas que él nombre, puedan sentarse en los comités de emergencia de las regiones, ser parte de esto, aprender y conoce lo que se está haciendo, porque es muy difícil que una persona llegue un día y que de inmediato esté al tanto. Y ese sentido, nosotros hemos generado todas las condiciones para que también enfrenten la emergencia, el traspaso de experiencia e información.

Lo que hay que decir, para que la gente no esté intranquila, es que los intendentes cambian, los gobernadores cambian, pero los equipos, que es gente que trabaja mucho tiempo, que tienen mucha experiencia, están ahí y van a seguir trabajando. Pero, nosotros hemos también buscado, y yo voy a tener una reunión prontamente, para que con respecto al terremoto, entregar toda la información, toda la experiencia, para que esto pueda seguir adelante.

VF: El Presidente electo ya decidió mantener el cargo de la directora de la Onemi, más allá del 11 de marzo, entiendo que durante la última jornada ofreció al intendente Tohá la posibilidad de quedarse a cargo de la intendencia en la Región del Biobío. ¿A usted eso le parece adecuado?

MB: Lo que me planteó a mi Sebastián Piñera es que no le había pedido al intendente Tohá que se quedara en el cargo, sino que cooperara, porque la tarea que había por delante era muy grande y que el intendente Tohá era la persona precisa para apoyar el trabajo. Seguramente él va a nombrar su propio intendente, pero le pidió a Jaime que con su experiencia, su conocimiento, pudiera colaborar las veces que fuera requerido.

VF: Y en el caso de la Onemi, ¿le parece adecuada la permanencia de Carmen Fernández?

MB: Carmen Fernández es una funcionaria electa por Alta Dirección Pública. A mi me presentan quinas o ternas y uno elige de acuerdo a las personas mejor calificadas, y por lo tanto nosotros hemos señalado a todas las personas elegidas por Alta Dirección Pública, ellos concursaron, se ganaron el derecho a ello, demora mucho, y por lo tanto ahí hay un grupo de gente que son absolutamente plurales, diversos, independientes, que son los candidatos más adecuados para que el Presidente de la República los nomine. Y yo creo que aquí hay gente estupenda que quieren aportar al país y si quieren seguir aportando al país me parece perfectamente válido, legítimo e indispensable.

SC: Presidenta, en todo el tráfico de información hay datos que nos muestran que este terremoto, en el caso de las pérdidas de vidas humanas, ha sido mucho más impactante que el terremoto de hace 25 años, de 1985, donde hubo 177 muertos. Hay un elemento que este instante nos plantea un vacío, que dice relación con las personas desaparecidas, en este momento hay 799 o 800 muertos, pero los desaparecidos son 19, entonces, cuando uno observa fenómenos como el que vivimos aquí en Cooperativa.cl o la radio, que hemos recibido más de 6 mil llamados preguntando por familiares, parientes, para que se comuniquen. Y hemos visto que otros medios de comunicación han abierto esa posibilidad, que forma parte de la experiencia de sismos, cataclismos, tifones que ha habido a nivel mundial, donde los medios de comunicación facilitan ese canal. Entonces uno ve que hay 19 desaparecidos de acuerdo a las cifras oficiales, ¿Cómo podría entender la gente, de que la Onemi no se entregue más información al respecto?

MB: Hay un sistema que la Onemi tiene con Carabineros y la PDI, ellos no tienen un sistema propio, se usan los sistemas normales con Bomberos, en fin, que son parte de la Onemi, es una estructura donde se sientan y son parte de las reuniones, están ahí, sentados todos trabajando, consiguiendo información, de hecho.

Mi impresión es que la información de desaparecidos no corresponde a la realidad. No es que ellos estén mintiendo ni estén ocultando nada, sino que la información es imposible de cuadrar por dos razones: porque todavía hay lugares donde las comunicaciones son escasísimas o casi no hay; segundo, porque hay gente que todavía sigue en los cerros y por lo tanto no se sabe si las personas se fueron a otros lugares y no hay comunicaciones para informarle a los familiares que están en buenas condiciones. Yo creo que el número de muertos va a aumentar, porque además creo que en el caso del tsunami, el mar está devolviendo los cadáveres, y en algunos casos el mar no los va a devolver nunca.

Es por eso que la Armada está con botes de goma, buscando y recogiendo cadáveres para llevarlos a su identificación, y puedan tener el sepelio digno y necesario.

SC: No había ataúdes...

MB: Se acabaron los ataúdes, nosotros lo sabemos, estamos mandando ataúdes también, en las barcazas hemos mandado todo lo que se pueda imaginar.

Lo que pasa es que las dimensiones... yo diría que es cierto que el terremoto de Valdivia fue 9,8, el más grave de toda la historia de la humanidad conocida, por lo menos, y este fue 8,8, pero afectó más fuertemente a más regiones, y a regiones que concentran el 80 por ciento de la población nacional. Pero con el terremoto y el tsunami, las características, la hora que se dio... algunos dicen que hubiese sido más grave a otra hora, pero también como estaba la gente durmiendo, se demoró alguna y vino el tsunami...

SC: Pero si hubiese sido en hora de clases, de trabajo.

MB: Por eso te digo, es variable lo que podría haber sido. Yo tengo la impresión de que vamos a tener más fallecidos. Yo tengo la sensación, dado lo que se describe, en los lugares que he estado, la fuerza de la naturaleza. Y además, porque el proceso de remoción de escombros y búsqueda no ha terminado.

SC: Presidenta, en toda esta historia que se está construyendo en este momento, hay algunas lecciones que me imagino, usted irá elaborando, dentro de todo el trabajo que le corresponde enfrentar, de reuniones, contactos, esta mañana la reunión con los empresarios, donde seguramente recogió muchas visiones, y la actitud que tiene desde las distintas áreas de la producción. Pero, ¿Cuáles son las lecciones que usted podría recoger en este momento? Como para proyectarla. Es decir, aquí hay una mirada permanente, se habla de un gran evento en el norte chileno, cuestión que siempre nos ha preocupado, por los hermanos de Arica, Iquique y Antofagasta, y otras que tiene que ver con la coyuntura, la circunstancia.

MB: Yo diría lo que señalaba al inicio de mis palabras. Lo primero es hacer en su momento una evaluación muy detallada, para saber muy bien qué funcionó y qué no funcionó, porque hay cosas que funcionaron bien, y claramente el tema de las comunicaciones es un talón de Aquiles en un país tan largo como el nuestro. Y que hay que incorporar en un plan de reconstrucción todo aquello, desde lo más básico hasta lo más sofisticado, que nos permita asegurar conexión, información, alerta adecuada, etc.

Lo segundo, yo diría, es una revisión muy profunda de todos los elementos de emergencia que permita que se vea más allá efectivamente. Porque uno de los problemas que pudo haber pasado en Concepción es que a veces los funcionarios son súper "ordenaditos", entonces hay burocracias que limitan las cosas. Yo vi que en algunas casos se estaba haciendo cajas y se anota tarrito por tarrito, la verdad es que cuando hay emergencia, todo el sistema tiene que ser lo más rápido, fluido posible.

La información es esencial, por todas las vías donde las radios juegan un mecanismo central y la televisión. No podemos ser cajas de resonancia, tenemos que ejercer liderazgo, liderazgo positivo, informar adecuadamente. Porque creo que todo ayuda, tanto en el clima que se genera, en lo posible que la gente sepa dónde están entregando elementos, dónde tiene que ir, qué tiene que hacer.

Quiero decir que hay que avanzar mucho más, aunque hemos hecho un esfuerzo enorme con el gobierno, en desarrollo de capacidades locales ante desastres naturales. Nosotros hemos hecho enormes cosas, por ejemplo, a orillas del volcán Osorno, hay un pueblo ahí donde la gente sabe exactamente que si el volcán empieza a erupcionar, dónde es el lugar de seguridad donde tiene que juntarse, hacen simulacros, todos los niños saben, eso lo hemos estado haciendo a lo largo de Chile.

VF: Pero Presidenta, si hasta ahora siempre pensamos que también íbamos a poder reaccionar bien ante un tsunami.

MB: Pero aparentemente hay que hacerlo aún más. Hay que pensar que estamos en el último fin de semana del veraneo. En Constitución estaban celebrando la semana veneciana, entonces hubo condiciones particulares que agravaron la situación. Creo que las conclusiones gruesas, una vez terminada la emergencia o paralelamente a la emergencia, un análisis muy exhaustivo de cómo respondió o no los sistemas, la identificación de los problemas y su solución al más breve plazo.

Segundo: trabajar muy fuertemente para que en forma coordinada el gobierno, el sector privado, medios de comunicación, podamos ir apoyando para la respuesta de la emergencia para la reconstrucción.

Por cierto, hay una serie de otros hecho específicos que hay que revisar. Hay que revisar si algunos hechos que han aparecido en televisión, de algunos edificios, qué pasó ahí, si había problemas estructurales, si no las había.

VF: Edificios nuevos que además son de clase media o media alta.

MB: Sí. Lo que le hemos pedido a la Cámara Chilena de la Construcción es que, y le hemos pedido a todos, al sector público en términos de las escuelas y hospitales, es que se vaya a la brevedad con equipos de expertos a los lugares donde se señala que podría haber riesgos, porque a veces a ojos de uno, uno ve algo le parece tremendamente grave y el experto puede decir "esto se puede reparar, esto no, esto tiene riesgo y esto no tiene riesgos". Pero es esencial, porque eso genera mayor seguridad en las personas. Y por otro lado, en aquellos casos en que se constate que hubo daños estructurales graves, habrá que hacer la evaluación que corresponde para saber lo que pasó ahí.

VF: Pero cuando un empresario, como el señor Constans, el presidente de la Cámara de la Construcción, dice que hay torres como la torre de Pisa, que permanecen inclinadas tanto tiempo, que a lo mejor que no necesitan destruir una torre en Irarrázabal.

MB: Yo no soy una experta, y creo que son los expertos los que tiene que señalar cuales son los edificios que tiene riesgo para la gente y cuales no tienen.

VF: ¿Actuaron responsablemente los empresarios que construyeron las torres?

MB: Yo no quiero prejuzgar. Yo espero el informe de los expertos para tener una opinión seria y sacar las conclusiones y lo que corresponde hacer. Yo no quiero prejuzgar porque desconozco. Pero si no lo hicieron, creo que tienen que merecer todas las penas del infierno. Pero así como no es bueno propagar rumores, creo que aquí es tan grave lo sucedido que creo que tenemos que tener la seriedad y tranquilidad, rápida tranquilidad, para decir "aquí se falló y aquí se está haciendo bien".

VF: Se emocionó un par de veces en esta conversación un par de veces usted.

MB: (suspira) Lo que pasa es que yo he estado muy consternada, muy dolida...

SC: Presidenta, me estaban diciendo que Mega también estaba trasmitiendo con nosotros, y también Radio Universal, de Temuco, Lincan Ray, Loncoche, Villarrica, Radio María de Santiago y su red de todo el país, Radio Illapel, a más de 80 que nombramos al comienzo de la conversación con usted. Usted es un ser humano que demuestra que la Presidencia de la República ha desplegado todas su energía, todo su esfuerzo, con convicción política muy profunda, y al mismo tiempo con un sentido humanitario que se lo da la profesión de médico también, donde la relación con las personas es parte del ejercicio de esa profesión. Por eso le pido que usted le diga, al final de esta conversación, a los chilenos y las chilenas su mensaje a esos lugares aparatados que estos momentos están escuchando en una radio portátil, con unas pilas para poder contactarse, por eso hecho este esfuerzo de una cadena gigante de radio emisoras a los que hemos facilitado este espacio, con el propósito de servir a Chile, la misión de la radio es estar al servicio de la gente, de las personas. La radio es, como género, más allá que seamos Cooperativa o no, considera que la radio es un medio en el que se puede confiar y de alta credibilidad. Por eso yo le ofrezco el micrófono de todas estas radios para que usted pueda decir un mensaje en estos momentos.

MB: Yo quisiera decirle a la gente que tenga confianza. Confianza en el siguiente sentido: que se está trabajando con todo esfuerzo, con todo compromiso para llegar a los lugares más remotos y apartados. Que tengan comprensión, puesto que no se logra, por nuestra geografía, llegar de inmediato a todas partes. Que se están haciendo esfuerzos enormes, por vía aérea, por vía marítima, por vía terrestre y que se van a hacer todos los esfuerzos necesarios para apoyarlos y ayudarlos. Y que tengan confianza en Chile. Chile se va a poner de pie.

Yo soy fuerte, pero creo que no me he dado el tiempo para el dolor.

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