Las iniciativas tendrán un costo cercano a los 100 millones de dólares.
Sin embargo, no se concedió el esperado recorte de impuestos a la soja.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, anunció este lunes un plan de beneficios fiscales para el sector rural, muy castigado por los bajos precios de las materias primas a raíz de la crisis mundial, que tendrá un costo total equivalente a 100 millones de dólares.
La iniciativa del Gobierno incluye un recorte en la tasa a las exportaciones de frutas y hortalizas, la construcción de amplios corrales para el engorde de ganado de exportación y mayores beneficios fiscales para los productores de baja escala de trigo y maíz, entre otras medidas.
"La idea es incentivar fuertemente la producción, la siembra, de estos dos cultivos (trigo y maíz) porque también ayudan a un proyecto agropecuario sustentable", dijo Fernández en un acto en la residencia presidencial de Olivos.
Durante los últimos días, diversas versiones periodísticas señalaban que la presidenta trasandina daría este lunes la noticia de una baja en el impuesto a las exportaciones de soja, el principal cultivo de Argentina, sin embargo, este anuncio, el más esperado por el sector agrario, no llegó.
"No hay ninguna novedad"
Por este motivo, la iniciativa del Gobierno no tuvo buena recepción entre los representantes del rubro, que a principios de este año ya se había enfrentado a la presidenta por un alza en el impuesto a la soja, en momentos en que la oleaginosa registraba altos valores en los mercados mundiales.
"Son nuevos anuncios sobre lo mismo, no hay ninguna novedad", señalo al respecto Hugo Biolcati, presidente de la Sociedad Rural Argentina. "La disconformidad (del sector) es muy grande, se acentúa la posibilidad de una confrontación", advirtió.
Argentina es el mayor exportador global de harina y aceite de soja y el tercero de granos de la oleaginosa, un cultivo que aporta gran parte de las divisas que requiere el país para financiar el pago de su deuda.
