El director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, anunció que renunciará a su trabajo desde febrero próximo para iniciar "una nueva etapa", según informó mediante su cuenta de Twitter.
Vivanco, tras casi tres décadas, dijo en entrevista con La Nación de Argentina que la situación en Latinoamérica respecto a los derechos humanos es "muy difícil", por lo que buscará "nuevas formas" de contribuir ante esta tarea desde Washington.
Dentro de las tareas destacadas del abogado chileno se encuentran la presentación de un informe en noviembre del 2019 sobre las "graves violaciones a los derechos humanos" constatadas en nuestro país, en el contexto del estallido social. Además, en el mismo mes del 2020 criticó que la reforma de Carabineros no se hubiese hecho con anterioridad.
Según menciona, en HRW encontró apoyo y la oportunidad para crear estrategias para defender el Estado de derecho, los derechos humanos y las libertades públicas, y en base a lo aprendido es que busca entregar su "expertise en la solución de conflictos con consecuencias para la vigencia de los derechos humanos".
"Habrá que emprender esfuerzos monumentales para defender lo que hemos ganado y, donde sea posible, seguir avanzando", sostuvo en el medio trasandino, agregando que pretende "explorar nuevas formas para trabajar los temas de Derechos Humanos".
Percepción sobre América Latina
Vivanco considera que Latinoamérica se encuentra en "un muy mal momento", el que cataloga como "probablemente el peor de los últimos 30 años".
"La influencia de (Hugo) Chávez y su séquito, combinada con el gradual descrédito de la democracia como modelo de gobierno capaz de mejorar los servicios públicos, combatir la corrupción, la inseguridad y la desigualdad", asegura, "han dejado el terreno pavimentado para opciones populistas" que abundan "en el calendario electoral".
A lo anterior, agrega que la pandemia del Covid-19 ha dejado a "la región sumida en una profundización de la pobreza", provocando que probablemente se genererán "masivas protestas, usualmente reprimidas con violencia por la policía en distintos países".
Sobre el futuro de la democracia, el director señaló que "la principal prioridad es defender lo que tenemos". "Con la precariedad, la debilidad, la falta de consenso, porque no hay consenso, porque estamos fragmentados en cuanto al consenso democractico, la tarea "1A" es defender lo que hemos logrado alcanzar", afirma.
"Todo se politiza, todo se ideologiza, estamos enfrentados nada menos que a eso", dijo, llamando a entender que lo que está en juego es "la adhesión al sistema democrático, a la democracia representativa''.
Por último, advirtió a los ciudadanos a que "no se dejen seducir por el canto de las sirenas de demagogos populistas" y criticó que los sistemas democráticos, hasta ahora, "no han hecho lo suficiente para combatir la desigualdad, la inseguridad y la corrupción".
"Necesitamos fortalecer nuestras democracias y nuestro compromiso con el Estado de derecho", urgió, asegurando que "nada bueno puede salir de los populistas, de izquierda o de derecha, que prometen mejoras a costa de destruir las instituciones democráticas. (...) Las clases medias y el sector privado tienen que tener claro" que, "si ellos se dejan seducir por las propuestas populistas, el futuro de la región será aún más difícil", reparó el otrora integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
