El Papa había preparado texto para el rezo de este domingo

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Autor: Cooperativa.cl

El arzobispo argentino Leonardo Sandri leyó en la Plaza de San Pedro el escrito preparado por el Pontífice para el rezo del Regina Coeli, antes de su muerte.

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El Papa Juan Pablo II había preparado un texto para el ángelus de este domingo, referido al papel del amor como elemento que "convierte los corazones y dona la paz", según reveló el arzobispo argentino Leonardo Sandri, quien lo leyó en la Plaza de San Pedro.

 

A mediodía se celebró el rezo del Regina Coeli, que en este período sustituye al ángelus y que este domingo debía contar con un texto del fallecido Pontífice, con motivo del segundo domingo de Pascua, que es el de la Divina Misericordia.

 

El texto preparado por el fallecido Papa es el siguiente:

 

"Queridos hermanos y hermanas. Resuena hoy el alegre Aleluya de la Pascua. La actual página del Evangelio de Juan subraya que el Resucitado, la noche de ese día, se apareció a los apóstoles y les mostró las manos y el costado, signos de la dolorosa pasión impresos de manera indeleble en su cuerpo incluso después de la resurrección.

 

Esas llagas gloriosas, que ocho días más tarde hizo tocar al incrédulo Tomás, revelan la misericordia de Dios, que amó tanto al mundo que le dio su Hijo unigénito.

 

Este misterio de amor está en el centro de la actual liturgia del domingo "In Albis", dedicado al culto de la Divina Misericordia.

 

A la humanidad, que a veces parece pérdida y dominada por el poder del mal, el egoísmo y el miedo, el Señor resucitado ofrece su amor que perdona, reconcilia y reabre el ánimo a la esperanza. Es amor que convierte los corazones y dona la paz. ¡Cuánta necesidad tiene el mundo de comprender y de acoger la Divina Misericordia!.

 

Señor, que con tu muerte y resurrección reveles el amor del Padre, nosotros creemos en Ti y con confianza te repetimos hoy: Jesús, confío en Ti, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

 

La solemnidad litúrgica de la Anunciación, que celebraremos mañana, nos empuja a contemplar con los ojos de María el inmenso misterio de este amor misericordioso que sale del corazón de Cristo.

 

Ayudados por El podemos comprender el sentido verdadero de la alegría pascual, que se basa en este certeza: Aquel que la Virgen llevó en su seno, que sufrió y murió por nosotros, resucitó en verdad. ¡Aleluya!". (EFE)

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