El exalcalde de Santiago Felipe Alessandri propuso cerrar el Instituto Nacional, que lleva varios años en una crisis de seguridad y convivencia, durante un período de dos años para "refundarlo" y vuelva a ser el "primer foco de luz de la Nación".
En una extensa entrevista con La Segunda, volvió a referirse a lo que dijo, en 2019 como entonces jefe comunal, cuando el emblemático llevaba semanas movilizado contra la Ley Aula Segura: que podría cerrarlo y terminar con 205 años de historia.
"El Instituto Nacional está muy quebrado y las relaciones están muy dañadas. A mí no me tocó que apuñalaran a un estudiante, como pasó ahora", apuntó, por lo cual planteó: "Puede que sea el momento de cerrarlo dos años para remodelarlo y refundarlo".
"Y durante ese tiempo trabajar fuertemente en recomponer el tejido de su comunidad. Hacer un pacto social para que este foco nacional, donde han pasado 18 presidentes, vuelva a brillar", enfatizó.
Sin embargo, resaltando hechos de violencia que ocurren en otros emblemáticos de la ciudad, reprochó que "claramente no se puede hacer este proceso mientras están quemando buses afuera del Liceo de Aplicación o lanzando piedras a dependencias del Ejército como en el Internado Nacional Barros Arana".
Alessandri reconoció que los problemas de infraestructura que alegan los alumnos de esos recintos "son reales", pero también denunció que "hay un tema político orquestado para generar destrucción, y nadie sabe quién está detrás".
"Teníamos identificados a apoderados que no son consanguíneos, que tomaban un rol para manejar políticamente a los estudiantes. Algunos tienen pasado en el FPMR (Frente Patriótico Manuel Rodríguez) y aleccionan a estos jóvenes en la 'Casa Bolívar'. Niños de 14 años no pueden tener ese nivel de organización solos, quemando buses, comprando overoles y parafina para las bombas molotov y atacando dependencias del Ejército", sostuvo.
PENSAR UN "SANTIAGO RESILIENTE"
Alessandri, luego de dejar la alcaldía en 2021, regresó al sector privado, donde reotmó sus funciones como abogado y socio de su estudio "Ossa-Alessandri", especializado en temas corporativos.
Sobre su gestión, expresó que dirigir la capital "es muy duro, por algo en este siglo ningún alcalde ha sido reelegido: hay que ser valiente, y sobre todo tener una visión clara de la ciudad con un plan que avance, a pesar de la contingencia; gracias a eso dejamos nuevos edificios y obras en Santiago".
Pero lamentó que la comuna hoy, a su juicio, esté en un estado "agonizante".
"Voy seguido al centro y vecinos, comerciantes, funcionarios, me dicen que lo están pasando pésimo. La palabra que más se escucha alrededor de los 22,4 kilómetros de la comuna es: 'Jefe, en Santiago está la pura embarrada'. Por Estado, Huérfanos y Puente, podías caminar tranquilo, había comercio ambulante, pero hoy prácticamente no puedes transitar. Habíamos logrado que fuera un lugar seguro donde cabía, desde la gente más sofisticada, hasta el trabajador más sencillo. Hoy Santiago es un triste espectáculo: inseguro, sucio y muy falto de cariño. Hay un millón de metros cuadrados disponibles en arriendos y las grandes empresas dejaron la comuna", expuso.
En 2041 Santiago cumplirá 500 años desde su fundación. Con miras a ello, con Carlos Maillet, director de la Licenciatura en Artes y Conservación del Patrimonio de la Universidad San Sebastián, está creando un centro de extensión para pensar el medio milenio de vida de la ciudad.
En ese marco, "imagino un Santiago resiliente que ha sufrido pestes, inundaciones, terremotos, un estallido social, pandemia".
Por ello, emplazó, "debemos hacer un pacto social y poner de pie a esta comuna fundacional: reconocer a los pueblos originarios; a los españoles que la fundaron y a los migrantes. Esta comuna es más que su centro, tiene 22 barrios".
