Cardenal Aós: "El odio y la violencia no van a construir un Chile mejor"

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Autor: Cooperativa.cl

El arzobispo de Santiago cree que el país se encuentra en un "momento hermoso y complejo" y que "cada uno de los chilenos debemos aportar nuestra parte".

Sobre los casos de abusos en la Iglesia, el capuchino dijo que siente "dolor y vergüenza" porque "nunca debieron suceder".

Cardenal Aós:
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El arzobispo de Santiago, el capuchino español Celestino Aós, que fue nombrado cardenal por el papa Francisco en el último consistorio del 28 de noviembre, afirmó que el país se encuentra en un "momento hermoso y complejo" y condena cualquier tipo de violencia sobre todo contra las Iglesias porque: "el odio y la violencia no van a construir el Chile mejor que queremos".

"Estábamos en sequía y se han sumado las quejas y manifestaciones pidiendo mayor justicia y la corrección de deficiencias en la convivencia nacional, y ahí se introdujo la violencia incendiaria y destructora, la violencia del estallido social que dejó muertos, heridos, incendios, saqueos, destrucción", explicó en una conversación telefónica con EFE.

Y agrega que "ha llegado la hora en que cada uno de los chilenos debemos aportar nuestra parte, debemos colaborar en el proceso de dotarnos de una nueva constitución, y en las elecciones de diversas autoridades".

"Estamos en una situación compleja pero hermosa, que invita a la cooperación y al diálogo social; una situación donde los valores fundamentales deben ser respetados y protegidos si de verdad queremos una sociedad y un Chile mejores", señala.

Y sobre los ataques a algunas iglesias durante las protestas, explica que aunque no ha sucedido muchas veces sí que en Santiago quemaron dos templos y dañaron otros más; y que la violencia en La Araucanía ha quemado templos y capillas.

"Nos afecta la pérdida y el daño material, pero nos duele mucho más el dolor de los feligreses y de las comunidades cristianas que ven atacada su conciencia religiosa, su fe cristiana. ¿Por qué se tiene ese odio a la Iglesia? Hay muchos analistas sociales que exponen teorías y dan explicaciones; ninguna explicación justifica el recurso a la violencia, y solamente quienes cometen esos actos podrían darnos la respuesta de cuáles son las razones que los motivan", destacó el purpurado.

Y aseveró: "Una cosa tengo por cierta: que mi misión es tratar de imitar a San Francisco de Asís y pedir a Dios que haga de mí un "instrumento de su paz", y tengo por cierto que el odio y la violencia no van a construir el Chile mejor que buscamos".

CREYÓ QUE SU NOMBRAMIENTO ERA UNA "FAKE NEWS" 

Sobre su nombramiento como cardenal afirma que fue "tan de sorpresa y de modo imprevisto" que pensó que "era una broma o una noticia falsa".

"Desayunaba para salir a votar en el plebiscito cuando sonó en el teléfono una llamada desde España. Mi hermana me preguntaba si era cierta la noticia. Le dije: '¿qué noticia? y que no se preocupara, que no había nada de nada. Después alguien me envió el fragmento con la voz del papa en que anunciaba los nombramientos. ¡Era verdad!", explicó.

Para el arzobispo, que ha cumplido 75 años, ser cardenal le permitirá colaborar con el papa en "todo lo que sepa y pueda"

A la pregunta de cuál cree que debe ser la misión de un cardenal, Aos explicó que "tiene claro lo que no tiene que ser o hacer: es decir eso de 'la púrpura cardenalicia' o ser 'príncipe de la Iglesia' etc.

"Como sacerdote capuchino, como obispo, y ahora como cardenal quiero amar y servir: me parece que un cardenal debe dar ejemplo de amor y servicio a la Iglesia, de amor y servicio a los fieles, de amor y servicio a todas las personas", agregó.

Añadió que ante la situación por la epidemia que está viviendo el país, la Iglesia está ayudando todo lo posible, "aunque sin gritos ni estridencias, con el servicio a los enfermos y necesitados, los aportes materiales de los recintos parroquiales o de colegios para acoger a los contagiados o albergar a los migrantes, la ayuda en medicamentos o alimentos o ropa, las ollas comunes, etc".

El 27 de diciembre de 2019, el papa Francisco le nombró arzobispo de Santiago de Chile como hombre de su confianza en medio de la tormenta por la pésima actuación y el encubrimiento de los obispos chilenos en los casos de abusos a menores por parte del clero.

Sobre la cuestión, el nuevo cardenal de Chile asegura que ante estos casos se siente "dolor y vergüenza" porque "nunca debieron suceder, porque son lo más contrario a la vocación de un sacerdote o religioso".

"Estamos tratando, en la medida de nuestras posibilidades, a veces con enormes dificultades y también con algunos errores, de avanzar en la justicia", afirma.

Asegura que se está trabajando para saber "qué es lo que realmente pasó, cómo fue posible que se dieran esos hechos y duraran en el tiempo, qué podemos hacer para que no se vuelvan a repetir; y nos preocupa cómo poder ayudar a las víctimas que sufrieron y sufren, y ayudar también a las Comunidades cristianas".

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