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A 375 años del "magno terremoto de Santiago", que marcó el inicio del estudio sismológico en Chile

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Autor: Cooperativa.cl

En 1647 el gran sismo -el primero que fue registrado en territorio nacional- dejó la ciudad en ruinas y provocó la muerte de uno de cada cinco santiaguinos.

Junto con relevar el "componente histórico" de estos sucesos, desde la Universidad de Chile destacaron el rol de los estudios transdisciplinario ya que "aún estamos aprendiendo".

A 375 años del
 Universidad de Chile

La infraestructura de Santiago sufrió graves daños y su reconstrucción se vio dificultada por la lejanía geográfica con la Corona Española.

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Este viernes 13 de mayo Chile conmemora un nuevo año desde el primer evento sismológico registrado a nivel nacional, ocurrido en 1647 con epicentro en Santiago. Bajo este escenario, y a raíz de la serie de temblores acontecidos en el país durante las últimas semanas, investigadoras e investigadores del Programa de Reducción de Riesgos y Desastres (CITRID) de la Universidad de Chile, reflexionaron sobre la importancia de mantener un estudio transdisciplinar de la materia.

En pleno periodo colonial, Santiago fue azotado con un gran terremoto que dejó la ciudad en ruinas. La infraestructura de ese entonces sufrió graves daños, provocando la muerte de alrededor del 20% de la población. A su vez, el clima de crisis se vio intensificado debido a la lejanía geográfica que poseía Chile con el Reino Español del que dependía, dificultando una pronta reconstrucción del espacio.

En materia de investigación, el evento representa el inicio del estudio sismológico a nivel nacional, mediante su registro a través de cartas dirigidas a las autoridades españolas de ese entonces. A esto, se suma la relevancia social del hito ya que, a pesar de la gran destrucción, el Cristo alojado en la Iglesia San Agustín sobrevivió de manera intacta, salvo por su corona de espinas que, de manera inexplicable, quedó alrededor de su cuello.

De acuerdo con el director ejecutivo de CITRID y director del Departamento de Ingeniería Civil, Ricardo Herrera, la importancia de seguir estudiando la historia de la sismología radica en "entender e identificar las amenazas, su origen y los riesgos asociados. Si no se investigara, todavía pensaríamos que estos eventos son un castigo divino inevitable, y no nos prepararíamos para lo que va a ocurrir o proteger nuestras comunidades".

Por su parte, Daniela Ejsmentewicz, coordinadora de docencia de CITRID y académica de la Facultad de Derecho, sostuvo que la relevancia de conmemorar este evento radica en "el componente histórico que tienen los desastres naturales".

"El vínculo con la situación actual son varios, ya que, debido a la seguidilla de temblores, lo importante tiene que ver en cómo tú educas a tu población en riesgo. En el terremoto de mayo ocurrieron muchas situaciones de pánico, pero ahora la cultura que existe sobre temas sísmicos es mucho más grande", expuso.

Al contar con características geográficas de alto potencialidad riesgo, Chile ha sido afectado con diversos terremotos a lo largo de su historia. En lo que respecta al último periodo, el Centro Sismológico Nacional (CSN), registró 7.436 eventos de menor intensidad, dando cuenta de la periodicidad de estos hechos.

EDUCACIÓN COMO CLAVE PARA EL AUTOCUIDADO

Los especialistas coinciden en que la educación ante estos escenarios es fundamental a la hora de generar planes y políticas públicas que apoyen la toma de decisiones oportunas. Según el director de CITRID, "aún estamos aprendiendo de los eventos que ocurren. Cada nuevo terremoto nos pone 'los pies en la tierra', nos sorprende y nos recuerda las limitaciones de nuestro conocimiento".

Ejsmentewicz comentó que, si bien existen claros avances de conocimiento en estos temas, lo fundamental es analizar cómo el comportamiento de la población se traduce en un posible riesgo. "No es la idea que reaccionemos en pánico como en 1647, sino que siempre es fundamental que nos eduquemos para tener claro que, si está temblando más, entendemos que esto escapa de nuestro control así que lo mejor es saber qué puedo hacer, preocupándonos por nuestro autocuidado", afirmó la investigadora.

Asimismo, la profesora reflexionó ante la necesidad de generar un plan para futuros escenarios: "¿Tenemos nuestro kit de seguridad en casa? ¿Qué pasa si la situación se agrava? ¿Dónde nos vamos a encontrar con mi familia y mis hijos? ¿Dónde está el punto de seguridad del edificio? Todas estas son preguntas que debemos racionalizar con nuestro entorno como forma de autocuidado".

ARTICULACIÓN TRANSDISCIPLINAR

Los expertos concuerdan también en que los desastres asociados a terremotos son problemas que no pueden ser resueltos desde el enfoque de una sola disciplina, sino que las decisiones en torno al tema deben ser construidas a partir de todas las áreas del conocimiento.

Ante esto, el Vicerrector de Investigación y Desarrollo de la U. de Chile e integrante de CITRID, Enrique Aliste, reconoció la importancia de estudios inter y transdisciplinar en la materia, pues "el conocimiento especializado y disciplinar aporta lo suyo en cada área: las ciencias de la tierra, las ciencias sociales, las ingenierías, etcétera. Cuando cada uno de estos saberes profundizan en lo suyo, se agrega robustez que aporta importantes conocimientos".

A su vez, destacó que "cuando todos estos saberes dialogan y se ponen al servicio de problemáticas concretas, como los terremotos, se produce otro tipo de conocimiento, capaz de entender que la dimensión histórica, por ejemplo, aporta a comprender mejor, y que esta nueva forma de entender, puede colaborar a mejores políticas públicas".

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