El mundo es hoy un lugar más violento que hace un año, según el "Índice Global de la Paz" difundido en Londres, que achaca este empeoramiento a la intensificación de los conflictos a causa de la crisis económica mundial.
Los 23 indicadores que sirven para calcular este Índice, especialmente los relacionados con el riesgo de manifestaciones violentas por parte de la ciudadanía y con el grado de inestabilidad política, experimentaron un retroceso generalizado en el mundo y evidenciaron que "hay una relación entre la economía y la paz".
Así lo manifestó Steve Killelea, empresario y creador de este "Global Peace Index" (GPI), que desde hace tres años es una clasificación oficiosa de la paz por países con el objetivo de investigar la relación entre la economía, los negocios y la paz.
El Índice incluye 144 países (el 99 por ciento de la población mundial), de los que se estudian variantes cualitativas y cuantitativas relacionadas con la paz, en el terreno interior y exterior, y los niveles de democracia, transparencia, educación, bienestar material, criminalidad y respeto de los derechos humanos.
La lista la encabeza este año Nueva Zelanda, seguida de Dinamarca, Noruega, Islandia y Austria, entre las cinco primeras, y los países con menos paz, teniendo en cuenta todas estas variantes, son Irak, Afganistán, Somalía, Israel y Sudán.
En el ranking, Chile obtiene el lugar número 20 en la tabla general con 1.481 puntos, ubicándose primero en América Latina.
Lo siguen Uruguay y Costa Rica, y a una distancia, Panamá, Argentina, República Dominicana y Paraguay.
El Instituto para la Economía y la Paz quiere subrayar que la paz supone un importante crédito para la economía y el mundo de los negocios, muy por encima de la industria de la guerra y el armamento, que representa algo más del cuatro por ciento del PIB mundial.
"Es sustancial el beneficio neto económico de la paz para la Humanidad. La paz tiene un valor económico distinto y separado del ya de por sí importante valor humanitario", declaró Killelea.
El fundador del GPI expresó su deseo de que este trabajo sirva para que la gente "comprenda la estructura y las actitudes que son necesarias para crear la paz, porque la paz es el núcleo del proceso que permite afrontar los muchos desafíos que tiene la Humanidad".
"Simplemente, la paz crea el ambiente óptimo a partir del cual se pueden llevar a cabo todas las actividades que contribuyen al crecimiento humano de las sociedades", explicó Killelea.