El cetáceo murió en una playa de Seattle, en Estados Unidos.
Además, había ingerido un pantalón de buzo y otros desechos.
La contaminación del mar se mostró con crudeza en Estados Unidos, donde biólogos marinos realizaron la autopsia de una ballena gris (Eschrichtius robustus) varada en las costas de Seattle, y en cuyo estómago se encontró una amplia gama de desechos producidos por el ser humano.
El análisis post mortem del cetáceo, de 11 metros de longitud, mostró que éste había ingerido una importante cantidad de algas, como es natural, pero incluso un pantalón de buzo y una pelota de golf.
Como si no fuera suficiente, reportó Associated Prees, los científicos hallaron también una veintena de bolsas plásticas, pequeñas toallas e incluso guantes quirúrgicos.
Las ballenas se alimentan a través de un sistema de barbas, a través del cual expulsan el agua que absorven junto a su alimento -algas y krill, principalmente-.
Actualmente, la ballena gris sólo habita en el norte del Océano Pacífico, luego de que su caza la extinguiera en zonas como el Atlántico y el Mar de Japón.
